Peliculas

Cafarnaúm: La Ciudad Olvidada

De: Nadine Labaki

Zain, un niño de 12 años de los barrios marginales de Beirut, cumple una condena de cinco años en prisión por apuñalar a un hombre. Ni Zain ni sus padres saben su fecha exacta de nacimiento, ya que nunca recibieron un certificado de nacimiento oficial. Zain es llevado ante un tribunal, después de haber decidido emprender acciones civiles contra sus padres, su madre Souad y su padre Selim. Cuando el juez le pregunta por qué quiere demandar a sus padres, Zain responde “por haberme traído al mundo. Mientras tanto, las autoridades libanesas procesan a un grupo de trabajadores inmigrantes ilegales, incluida una joven etíope llamada Rahil.

La historia de Zain y su familia y la de la joven Rahil no la conocemos todavía pero a partir de ahí nos enteraremos las penurias de ambos antes de las escenas con las que arranca esta nueva película de Nadine Labaki. A pesar de la dureza de la trama y de los terrible que viven los personajes, Labaki no cae –contrario a lo que muchos colegas críticos afirmaron sin sustento alguno- en golpes bajos ni situaciones escabrosas. Todo lo peor que pasa en la película está fuera de campo, se cuenta o se insinúa. Zain y Rahil sufren pero la película no se regodea ni embellece esto. La película es bastante sobria luego de unos planos iniciales que parecían indicar lo contrario.

Cafarnaúm: La Ciudad Olvidada es pura emoción. Los personajes son buenos, las escenas están bien logradas. Y no es un pecado que el cine muestre la pobreza, porque en definitiva no se trata de la marginalidad la películas sino de la grandeza de esos personajes que avanzan en la vida aun en circunstancias adversas. La corrección política de los enemigos de la corrección política: Criticar cualquier película con pobres acusando a los realizadores de vivir en el primer mundo. Algunas películas buscarán la explotación, otras no. Algunas serán más optimistas y otras más pesimistas, como ocurre con todo el cine. Si los que no son pobres no pueden hacer películas sobre pobres entonces llegará el día en el que nadie podrá hacer una película sobre algún grupo al que no pertenece. Cafarnaúm emociona de verdad, conmueve, y además muestra una realidad durísima. Nadine Labaki consiguió un objetivo con armas nobles y efectividad cinematográfica.