Peliculas

El diablo a todas horas

De: Antonio Campos

Con un elenco interesante, conformado por estrellas de cine de una magnitud superior a la ambición comercial de este proyecto, el director y guionista Antonio Campos construye una historia con un guión sofisticado, lleno de cruces de personajes que intenta cerrar como un mecanismo de relojería. Con saltos temporales para reforzar la inteligencia del guión, la película anuncia desde el comienzo que no importa cuántos personajes e historias tenga, no habrá escena violenta o sórdida que se quede afuera. Incluso cuando parece que el pudor ha llevado al director a evitarnos un momento horrible, más adelante eso que no vimos se manifestará en la narración, porque el juego de Campos es el de ser explícito, directo, incluso por momentos algo cruel y obvio.

La película arranca con el padre del protagonista, un ex combatiente de la Segunda Guerra Mundial que frente a la muerte inminente de su esposa deja que su fanatismo religioso le haga creer en milagros. La consecuencia de esta locura marcará al Arvin el resto de su vida. En paralelo, otras historias de asesinos, fanáticos, pervertidos y corruptos se irán sucediendo, siempre con el mencionado énfasis en la sordidez y el subrayado. Estamos frente a otro caso de director que cree que estos elementos en sí mismos están más cerca del arte serio. Para eso usa agradables actores que han sabido deleitarnos con grandes películas, y los pone en universos horribles. Esos actores, como el director, deben pensar que esto es el cine de verdad y no las películas ultra taquilleras con las que ellos se han vuelto famosos y millonarios.

De este elenco coral donde casi todos hacen su trabajo con profesionalismo, el protagonista, Tom Holland, es el que más se destaca. Su carisma es indiscutible e identificarnos con él, aunque sea por momentos, es el máximo interés que nos otorgar esta larga película con un gran banda de sonido con canciones de época y una previsiblemente correcta ambientación en vestuario y escenografía.