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La cámara 36 de Shaolin

De: Liu Chia-liang

El cine de artes marciales supo tener una enorme popularidad en todo el mundo décadas atrás. Y aunque el género aun sigue vigente, es difícil que los títulos tengan el recorrido comercial que tuvieron en sus mejores momentos. Entre los varios clásicos del género se encuentra La cámara 36 de Shaolin (The 36th Chamber of Shaolin, Hong Kong, 1978) dirigida por Liu Chia-liang. La película actualmente se puede encontrar en Netflix, en una copia de gran calidad pero con el doblaje en inglés, lamentablemente, y no en el mandarín de origen. Aun así, vale la pena acercarse a este clásico tan representativo de esta clase de cine.

Filmada en Shawnscope y con los furiosos colores que son la marca del estudio Shawn Brothers, la película arranca con una larga secuencia de títulos donde el protagonista muestra sus habilidades en las artes marciales. Se trata de una serie pequeñas viñetas donde en es solitario Gordon Liu hace una demostración de artes marciales en diferentes decorados. La cámara 36 de Shaolin es un film de venganza pero también es un film sobre un recorrido interior, el de su protagonista, Liu Yu-te, que ya en el templo Shaolin adoptará el nombre de San Te.

La historia empieza siguiendo a un grupo patriotas anti-Ching, bajo las órdenes de Ho Kuang-han, estos se refugian en Cantón haciéndose pasar por maestros de escuela. Liu Yu-te (Gordon Liu), uno de los pupilos de Ho trabaja como mensajero y espía para los anti-Ching. Pero el general Tien Ta los descubre y ordena matar a Ho y al padre de Liu. Liu escapa al templo de Shaolin con el deseo y el plan de aprender artes marciales para poder vengar la muerte de su padre. Liu es aceptado como alumno en el templo y es llamado San Te. Luego de un año limpiando le dan una primera oportunidad aunque los deseos de venganza a través del kung fu chocan contra el espíritu de los maestros budistas. San Te cree que las artes marciales deben ser enseñadas al pueblo y no pertenecer solo a una elite.

 

El templo tiene treinta y cinco cámaras. San Elige comenzar con la cámara superior, pero lo echan y pide pasar a la cámara 35, pasará por el aprendizaje de un pequeño estanque antes de llegar al comedor del monasterio. Pero entonces San Te demuestra finalmente un talento superlativo, aun cuando todavía tiene mucho por aprender. En la siguiente cámara deberá cargar pesados baldes de madera con cuchillas en sus brazos que lo lastiman si los baja. El maestro se sorprende por la rapidez de su aprendizaje y por su solidaridad con sus compañeros, como si fuera un castigo, le dice que violó las reglas al ayudar a otros y lo envía a la siguiente cámara. Así seguirá su camino con lecciones y aprendizajes que no siempre son lo que parecen. Será el alumno más destacado del templo antes de llegar a completar su objetivo inicial e iniciar un nuevo proyecto.

La estructura de la película permite todo tipo de escenas inolvidables, ingeniosas y divertidas. Cada cámara parece ser el inicio de muchas películas posteriores del género, tanto en el cine oriental como en el de Hollywood. No falta el sentido del humor y peleas que ya son un clásico definitivo en el cine de artes marciales. Lo mismo que su protagonista, Gordon Liu. El actor había hecho varias películas pero este es el título que lo convertirá para siempre en una estrella y su rol de San Te será el personaje más famoso de su carrera. Una extensa lista de títulos seguirán en los años siguientes y un redescubrimiento a comienzos del siglo XIX cuando Quentin Tarantino le de dos papeles en Kill Bill Vol. 1 (2003) y Kill Bill Vol. 2 (2004).

El mensaje de la película, además de incluir el viaje personal de su protagonista, está fuertemente marcado por la importancia de difundir la sabiduría de los monjes budistas y el templo Shaolin. La idea de San Te es enseñar a los más humildes acerca del conocimiento milenario detrás de las artes marciales. El éxito mundial de la película produjo varias secuelas y aunque ya pasaron cuarenta años desde su estreno, la película conserva hoy su potencia y su frescura. Sin duda es una de las películas ideales para acercarse al género.