Cine Clasico

La redada

De: Hugo Fregonese

Hugo Fregonese es el realizador argentino que mayor carrera hizo fuera de Argentina. En Estados Unidos y Europa dejó una filmografía importante, con títulos notables, llegando incluso a recibir los elogios de cinéfilos como Martin Scorsese. Su obra empezó y terminó en Argentina, pero entre Pampa bárbara (1945) y Más allá del sol (1975) tuvo muchos films, algunos clásicos nacionales como Apenas un delincuente (1949) y films con verdaderas estrellas de Hollywood como en Viento salvaje (Blowing Wind, 1953) donde dirigió a Gary Cooper, Barbara Stanwyck y Anthony Quinn. Trabajó en varios géneros, pero se destacó en el western, tanto en Argentina, como en Estados Unidos y Europa.

La redada (The Raid, 1954) es un western muy particular, con una historia diferente, incluso polémica, porque el protagonista es a la vez el villano de este film que transcurre durante la Guerra Civil Norteamericana. En 1864, un grupo de prisioneros confederados detenidos en una prisión de la Unión en Plattsburgh, Nueva York, a pocos kilómetros de la frontera entre Canadá y Estados Unidos, escapa. Se dirigen a Montreal, Canadá, y luego planean una incursión a través de la frontera en St. Albans, Vermont, para robar el banco con el fin de obtener dinero para el ejército confederado y quemar edificios como venganza por las incursiones del ejército de la Unión en ciudades confederadas.

El líder del grupo, el mayor Neal Benton (Van Heflin), se dirige a St. Albans como espía, y desarrolla sentimientos ambiguos sobre lo que está haciendo cuando se hace amigo de una joven viuda Katie Bishop (Anne Bancroft) de guerra y su amigable hijo, haciéndose pasar por un empresario canadiense. Otros asaltantes se quedan en un granero abandonado o se hacen pasar por vendedores ambulantes. Otro amigo de la viuda es el Capitán de la Unión Lionel Foster (Richard Boone) un héroe de guerra que ha perdido un brazo en batalla y carga con un secreto que se develará más adelante en la trama.

Uno de los miembros del grupo, el Teniente Keating (Lee Marvin) no puede controlar su odio por el sur y pone en riesgo todo el tiempo la misión. Pero el propio Neal parece sentirse a disgusto con el afecto que el pueblo va desarrollando por él. La película, por suerte, no afloja el paso, y sigue firme con sus personajes ambiguos hasta el final. No es raro un film que defienda al ejército del sur en los films norteamericanos, pero es interesante la ambigüedad que aparece en esta película. Para los espectadores, el Capitán Foster pasa de ser un posible villano a convertirse en el clásico personaje en busca de redención, robándose un poco el protagonismo de la historia. Sin duda es un gran personaje. Al elenco protagónico hay que sumarle la presencia de varios actores que brillarían en televisión en los años siguientes, como Peter Graves, Claude Atkins y James Best. Hugo Fregonese muestra más que oficio narrativo. Su trabajo es eficiente, veloz, la película es muy entretenida y los actores brillan. Un director que merece más fama de la que tiene. Uno de esos realizadores de perfil bajo y un gran número de buenas películas.