Peliculas

Oxígeno

De: Alexandre Aja

Liz Hansen (Mélanie Laurent) es una mujer que se despierta dentro de una cámara criogénica sin recordar cómo llegó allí. Los propios recuerdos de su vida resultan algo confusos, exponiéndola a un nivel de angustia aún mayor. Su única comunicación y su fuente de contacto es una computadora llamada MILO (con la voz de Mathieu Amalric) que le suministra información e interactúa con ella. Liz deberá resolver como salir de esa situación, al mismo tiempo que necesita recuperar su propia memoria y entender como llegó hasta allí. Todo esto en una carrera contrarreloj, porque se va terminando el oxígeno.

Tampoco se sabe que hay afuera de la cámara criogénica, abriendo un enigma aun mayor. La película está mayormente realizada en esta cámara, algo así como una mezcla de cama solar con cucheta hiper tecnologizada. El gran Alexandre Aja dirige esta claustrofóbica historia y consigue varios milagros estéticos dignos de ser mencionados. La facilidad con la que pueden narrar en un espacio donde apenas entra una persona es brillante. Posiblemente eso sea por lejos lo mejor de la película, junto con la actuación de Laurent.

Pero donde hace agua todo es en los recuerdos que aparecen y nos sacan de esa cámara. No solo desarman la narración, también van delatando un desenlace insatisfactorio más allá de las sorpresas que el guión va ofreciendo. La computadora, como no podría ser de otra manera, nos recuerda a HAL 900 de 2001: Odisea del espacio. El director ha sabido hacer películas inquietantes y se ha movido muy bien por espacios cerrados. Pero acá el desafío estético se lleva toda su energía y no le queda resto para cerrar de forma satisfactoria su película.