Peliculas

Un gesto fútil y estúpido: La historia de Doug Kenney

De: David Wain

Las películas sobre la vida de los que han hecho reír a millones suelen pertenecer a una categoría complicada. Aquel que hace reír a muchos pero tiene una vida trágica parece ser un lugar común y buscarle una nueva salida es cada vez más arduo. La mayoría de estos films se basan en cómicos o creadores de comedias muy conocidos, porque eso ayuda a los espectadores a experimentar más simpatía pero a la vez más angustia con el protagonista de la historia. Son pocos los casos donde se elige inventar un personaje de la nada para esta clase de historias. Un gesto fútil y estúpido: La historia de Douglas Kenney consigue meterse en el medio de estas dos posibilidades. Kenney es una persona que hizo reír (y hace reír) a millones pero a la vez hoy resulta un completo desconocido para casi todo el mundo. Sus creaciones siguen vivas, pero su nombre se ha ido perdiendo en la historia. Kenney es el creador de la revista National Lampoon que comenzó a publicarse en 1970. Su éxito derivó en radio, libros, televisión y cine. Alrededor de la revista surgieron talentos descomunales que se convertirían en los dueños de la comedia americana hasta el día de hoy. Pero si mencionamos que casi no es conocido uno de sus dos fundadores, entonces algo no terminó de funcionar en la ecuación.

 

Como se llegó a la creación de la revista, su evolución, sus derivados, sus problemas, sus traiciones y la angustiante vida de Kenney son el centro de la trama. Una trama que tiene a un Kenney de setenta años contando su propia historia y que busca romper la cuarta pared, poniéndose todo el tiempo en duda a sí mismo y a la película. En muchos aspectos la película consigue mantener su espíritu de comedia y causa gracia, aun cuando en el fondo se trate de un drama. El título de la película, Un gesto fútil y estúpido es casi el resumen de la pasión por la comedia. No es fácil vivir del humor sin arriesgarlo todo en un instante sin sentido en el cual un gesto destructivo vale más que todo el oro del mundo. A Douglas Kenney se le debe directamente la existencia de películas como Colegio de animales (National Lampoon’s Animal House, 1978), una película que resume perfectamente su estilo y su idea de la comedia. Este biopic pequeño pero muy emocionante sirve a su vez para entenderlo a él y su manera de ver el humor. Con eso solo alcanza para decir que vale la pena verlo.