Peliculas

Wild Rose

De: Tom Harper

Rose-Lynn Harlan (Jessie Buckley), es una joven de veintitrés años, tiene talento, carisma y un sueño: salir de Glasgow y triunfar como cantante de country en Nashville. Acaba de salir de la cárcel y tiene dos hijos pequeños a los que mantener. Marion (Julie Walters), su madre, quiere que acepte su realidad y que sea responsable de una vez por todas; pero cuando un encuentro casual acerca a Rose-Lynn a sus sueños se enfrenta a una difícil decisión: su familia o perseguir el estrellato.

Wild Rose es una de esas películas que compromete emocionalmente al espectador desde el comienzo. Una actriz de un carisma total logra que el personaje nos importa apenas aparece en la pantalla y a partir de allí sus sueños y sus frustraciones no pueden resultarnos indiferentes. El sueño americano de todo músico de country es llegar con su música a Nashville, Tennessee, pero en este caso el sueño requiere más esfuerzo. Desde Glasgow, Escocia, a Nashville, luego de haber salido de la cárcel y trabajando limpiando casas, Rose-Lynn parece estar demasiado lejos de su sueño, aunque su talento es innegable. Entre las canciones, la hermosa voz del protagonista, sus dramas personales y la búsqueda de un nuevo comienzo, la película va buscando un camino equilibrado de drama sin crueldad, sin que podamos saber cuál será el destino final de Rose-Lynn.

Y la sutileza más hermosa que tiene este film escocés independiente es el cartel en el cual la protagonista se hospeda en un momento del film. El hotel Drake era una locación de otro importante film sobre una mujer aspirante a cantante de country: The Thing Called Love (1993). El film de Peter Bogdanovich tenía un personaje que cantaba una canción llamada “Maybe God´s a Woman Too” y esa frase estaba en el cartel de entrada del hotel. Aquí el cartel y la frase vuelven a aparecer en la puerta del hotel. Ese amor por la música country y las películas que a su vez le declaran su amor, se ve en cada escena y alcanza uno de sus puntos más altos en esa referencia. También hay algunos cameos para los conocedores del country y varios elementos de gran emoción que no anticiparemos acá.

Wild Rose es una película muy sencilla, pero impecable. No busca hacer nada raro y se mantiene fiel a su estilo y su tono. Habla de sentimientos, de sueños, de frustraciones, de segundas oportunidades. De la familia y la vocación. Una película simple y directa, como el tatuaje con la frase de Harlan Howard sobre la música country que Rose-Lynn lleva en su brazo: “three chords and the truth”. Wild Rose tiene el espíritu de la música country: tres acordes y la verdad.