Peliculas

Mountainhead

De: Jesse Armstrong

Es posible que para los espectadores argentinos esta película tenga un poco más de interés que para el resto de las personas. Su temática urgente e importante es solo un compendio de lugares comunes y expresiones no más sofisticadas que uno grupo de publicaciones en X y alguna nota anunciando el fin del mundo por culpa de los millonarios. Claro que los grandes eventos políticos últimamente también se han anunciado en esta red, propiedad de Elon Musk. Sin embargo esta película es una fantasía inspirada en situaciones actuales sin la posibilidad de construir algo cinematográficamente interesante para respaldarla. ¿Y por qué los argentinos tendrían que sentirse más preocupados por esta película que el resto del mundo? Porque la película, en su falso rigor, dice algunas cosas sobre el país y su economía.

Irónicamente, la sátira política sobre estos multimillonarios, hubiera funcionado mejor sino no existiera la tecnología de la actualidad que estos personajes dominan. Hoy es obvio que dicen disparates. Reunidos en una lujosa casa construida por uno de ellos en las montañas nevadas de Utah, estos cuatro hombres, de los más ricos del mundo, observan las consecuencias de ese mundo en el cual ellos están en la cima, literal y metafóricamente. El dueño de casa, Souper (Jason Schwartzman), es terriblemente millonario, pero lo es menos que los otros tres, que se burlan de su fortuna de tan solo quinientos millones de dólares. Ellos observan como la plataforma Traam, creada por Venis Parish (Cory Michael Smith) uno de los cuatro hombres, ha generado en redes sociales un caos sin precedentes a nivel mundial con su desinformación creada por IA. Los otros dos son Jeff Abredazi (Ramy Youssef) propietario de Bilter, una empresa dedicada a la IA, y Randal Garrett (Steve Carell) el más veterano de los cuatro, diagnosticado recientemente con un cáncer terminal, desesperado por invertir en cualquier esperanza para él. La casa donde se reúnen es apodada “Mountainhead” (en referencia bastante obvia a la novela de Ayn Rand, El Manantial) y de ahí el juego en el título de la película.

Mountainhead está escrita y dirigida por Jesse Armstrong, el creador de la exitosa serie Succession (2018-2023) de la cuál aquí solo queda la pelea entre poderosos y la teatralidad absurda y declamativa de toda la trama. Esta película no fue hecha para cines y de haberse pasado en salas habría hecho el ridículo. Es tanto un programa de televisión como una obra de teatro pero con un imponente paisaje de fondo. Los cuatro millonarios se reúnen y descubren que sus intereses chocan entre sí, lo que nos asegura dos horas de diálogos. ¿Pero y Argentina?

Argentina es parte del gran juego de poder económico de la trama. “Argentina es un caos, Argentina cae, el Banco Central enloqueció” dice un personaje. La hiperinflación golpea al país y para los millonarios es una pieza más en el tablero de sus juegos. No es el único país mencionado, también están Perú y Ecuador, pero luego Argentina es comparada con Cuba y Venezuela, lo que hace pensar que el guión fue escrito con la idea de la Argentina de los cuatro gobiernos kirchneristas y no del presente. Después se habla de El Salvador para una prueba que podría ser aplicada en Argentina. El tono es de comedia, por lo cual las almas sensibles podrían sentirse ofendidas, pero todo en estos cuatros personajes es así, la película empieza justamente mostrando como pueden producir caos en países. Se burlan de todo el mundo y se vanaglorian de su poder de destrucción a partir de las fake news y los videos creados por IA.

Antes de llegar a la mitad todo el juego ha sido establecido y los cuatro personajes no resultan más indiferentes que desagradables. No hay construcción en ellos, solo la idea del director y guionista y la desesperación por decirle. Su falta de rigor y seriedad ayuda si se trata de una comedia, pero es bastante pobre si se quiere decir algo importante sobre el mundo. La comedia puede ser política, de hecho la sátira lo es, pero se necesita más para que todo funcione. Los chistes sobre un golpe de estado en Argentina y la mención a Eva Perón hablan de la habitual vagancia para recrear algo verosímil, pero no necesariamente de un error. Es la manera elegida, mediocre y lineal, para ir a los estereotipos, incluso antiguos y simplificarlo todo. Hay una docena de países mencionados así y a la Argentina le tocó ser la estrella. Nuestro ego inflado por aparecer choca contra nuestro ego herido por no aparecer como corresponde. Todo no se puede.

Fuera de lo mencionado, se trata de una comedia de humor negro con inquietantes apuntes de una realidad no tan lejana. Algo así como una ciencia ficción adivinando las catástrofes del futuro. Pero cuando la película juega la carta más absurda, se olvida de todos ese mundo caótico que promete en un inicio. Una vez más, las limitaciones de los creadores de series quedan en evidencia cuando quieren hacer cine, incluso cuando es cine para la pantalla chica. Les termina saliendo una obra de teatro y no un largometraje.