¿Qué se puede decir del Universo Cinematográfico de Marvel que no se haya dicho? Los fanáticos se mantienen fanáticos, dejando un pequeño espacio para odiar algunas de las películas, los escépticos han perdido el hilo de estos largometrajes y los que ven todas las películas sin fanatismo han notado una decadencia estrepitosa en los últimos años. Como si se tratara del mito del eterno retorno, ahora la energía está puesta en decir cual es la película de Marvel que va a recuperar el espíritu de Marvel. Muchos dicen que esa película es Thunderbolts* ahora conocida como The New Avengers. Ya la movida de marketing de “cambiarle” el título muestra que las ideas que quedan son justamente eso, más marketing que cine. Pero lo que debe quedar en claro es que este largometraje trata de desmarcarse de la estética horrenda de algunos de los grandes fracasos Marvel y apostar a algo más pequeño, contenido y de narración e imagen clásica. Esa es una de sus dos espadas para pelear contra el agotamiento que han producido otros largometrajes. La otra espada es crear una película de héroes toda con antihéroes y un discurso acerca de cómo los perdedores también pueden salvar el día. Eso es todo.
Queda claro que nada funciona cuando la tan promocionada escena de la protagonista tirándose de lo más alto de un edificio está inútilmente filmada sin dobles de riesgo. Florence Pugh se habrá sentido Tom Cruise por un día pero nadie en el equipo le avisó que, a diferencia de la estrella de Misión: Imposible, no se encargaron de que su rostro se viera claramente participando de la acción Cruise se hubiera tirado una docena de veces para lograrlo bien. Por eso Cruise es la estrella número uno del cine actual y la gran Florence Pugh no tiene el control necesario para seguir sus pasos. Así será todo de ahí en más, un esforzado esfuerzo bienintencionado de ser graciosos, emotivos, profundos, divertidos, todo logrado menos que a medias, en particular el humor y la emoción. Algunas de las escenas funcionan como entretenimiento y se entiende el discurso de la película. Estos nuevos héroes primero deben ser vulnerables y luego empáticos para conseguir finalmente el objetivo. Ojalá su discurso se transforme en un manual para los colegios, pero la película se pierde una y otra vez. Tratar desesperadamente de graciosos sin serlo, es lo peor que le puedo pasar a estos nuevos Avengers. Y sí, hay dos escenas post créditos, una de las cuales, aunque no lo veamos, nos anuncia el peor de los finales: Pedro Pascal.