Peliculas

Bird Box

De: Susanne Bier

Una mujer con los ojos vendados sale de su casa a la orilla de un río, lleva dos niños con ella, también con los ojos vendados. Antes les ha hecho un discurso sobre la importancia vital de no sacarse las vendas. “Si se sacan las vendas, mueren”, les dice. Suena exagerado pero ella es contundente y creíble. Los tres suben a un bote y comienzan un trayecto que se intercalado con el comienzo de la historia, con lo ocurrido cinco años antes, cuando todo comenzó. Cinco años antes un fenómeno inexplicable lleva a la gente a suicidarse y la única forma de evitarlo es no mirar. Para sobrevivir hay que tener los ojos vendados siempre que uno se encuentre al aire libre, solo en el interior, sin vista hacia afuera, se puede sobrevivir.

Es difícil, para quienes hayan visto The Happening (2008) y A Quiet Place (2018), no recordar esos dos títulos al ver Bird Box, sin embargo no son los únicos que parecen vincularse con esta película y siendo en un caso contemporánea, no hay motivo para señalar una influencia. Se asoman con timidez algunas referencias a La decisión de Sophie así como también a las películas y series de zombies, aunque acá no estemos frente a esa clase de films. También se puede pensar en The Birds de Alfred Hitchcock en su manera de escatimar información acerca de las motivaciones o el origen del ataque que está destruyendo a la humanidad. Como verdadera película de horror y ciencia ficción, con obvios elementos del cine catástrofe y su retrato apocalíptico, Bird Box juega fuerte con las emociones del espectador, creando no pocas escenas de gran tensión, mérito de la directora Susanne Bier.

Pero también hay que ver en la heroína protagonista de estar historia, Malorie (Sandra Bullock), una larga tradición de personajes que se convierten en poderosos sobrevivientes aunque al comienzo de la historia no parezcan ser los elegidos. Una mujer común en una historia extraordinaria. También contiene otro tema interesante que es el centro mismo de la trama: asumir la maternidad. Aunque en general este es un tema destinado a los hombres y su paternidad, acá podemos ver un conflicto semejante con una mujer. Una mujer que no está convencida de ser madre ni parece tener el menor interés por los niños. El personaje de Malorie no recuerda a Alan Grant (Sam Neill) en Jurassic Park, un personaje que reniega de los niños pero que termina llevándolos consigo para salvarles la vida.  No es tan común como parece esta temática y es interesante como se la trata.

El problema de Bird Box no es su falta de originalidad, sino su incapacidad para convencernos de lo que está contando. Hay que tener un nivel de tolerancia muy alto a la falta de sentido del guión para poder seguir adelante. El suspenso de muchas escenas es realmente bueno, consigue su objetivo y la tensión se mantiene durante gran parte del relato , gran mérito también de Sandra Bullock, que tiene la compleja tarea de actuar durante gran parte de la película con los ojos tapados, perdiendo así parte de su expresión. Los niños también actúan muy bien y el resto del elenco no logra conectar nunca con la historia. Ni uno solo de los actores secundarios –algunos de gran calibre, como John Malkovich o Sarah Paulson- termina por convencernos. Es posible que la división en dos espacios temporales que tiene la película nos tenga demasiado sobre aviso acerca del destino de todos ellos pero esa no es excusa, claramente es un problema de la manera en que los personajes están construidos.

Al parecer el libro tiene un contenido alegórico, pero no se ve nada claro en la película. Una variedad de etnias, edades, clases sociales, posiciones políticas y morales se despliega en Bird Box sin que ninguna se imponga sobre otra. Bird Box consigue en general mantener el interés, aunque en mitad del relato se estanca un poco, tiene picos muy altos de suspenso y cae recién muy cerca del final, cuando la inverosimilitud se vuelve un poco excesiva incluso para los propios parámetros de la película. Nadie pide realismo, cada película construye su propia lógica, pero Bird Box no consigue tampoco triunfar en ese objetivo. Tal vez Netflix reflotó, sin saberlo, el género televisivo “película de terror del fin de semana”, una exigencia mediana para productos que por unos días llaman la atención. Pero aun en esos ciclos aparecía de tanto en tanto algo más sólido que esto.