Cine Clasico

Calamity Jane (1953)

De: David Butler

Calamity Jane (1953) es un western musical producidor por Warner Brothers, basado de forma muy libre en la exploradora profesional Martha Jane Canary-Burke, conocida con el apodo de Calamity Jane. Esta mujer forma parte del grupo de personajes sobre los cuales se ha construido una buena parte de la mitología de la conquista del oeste. Sin duda es muy poco lo que queda de historia en este film protagonizado por la actriz y cantante Doris Day. Pero lo que sí se respeta y se tiene muy en cuenta es su condición de mujer no convencional que vestía pantalones y se comportaba de forma ruda en un mundo de violencia en la frontera. Lo considerado conducta masculina o femenina ha cambiado a lo largo de los siglos, pero en 1953, como un siglo antes, Calamity Jane podía ser considerada una mujer machona o marimacho como se dice en inglés un tomboy, aunque esos términos hoy han caído un en desuso.

Doris Day viste pantalones, botas, un gorro de soldado de la Guerra Civil, está siempre armada, tiene modales toscos y tiene aspecto sucio, como los cowboys en aquel momento. Claro que como comedia, Day exagera los gestos y su actitud machona varía incluso dentro de una escena. Lo cierto es que todos los hombres la consideran uno más. También la presentan como una fabuladora, aun siendo valiente e intrépida. Le interesa el teniente Gilmartin (Philip Carey) y su viejo amigo Wild Bill Hickcok (Howard Keel) no parece ser más que un amigo de bromas y competencia. Los hombres del pueblo, incluyendo estos dos, están obsesionados por un actriz de Chicago que aparece en una tarjeta junto con los paquetes de cigarrillos.

Desde el comienzo de la trama la película juega un juego de sexualidades y relaciones cruzadas. No una, sino varias situaciones refieren a eso. En la diligencia que llega a Deadwood viene con Camility –que vive allí- un actor que fue contratado por error debido a que su nombre se parece al de una mujer. El dueño del primitivo teatro y el actor acuerdan que el hombre se disfrace de mujer y realice el número de todas maneras. Aunque los cowboys consideran que se trata de una mujer fea, igual se enganchan con la canción hasta que el actor pierde la peluca y tiene que interrumpir su acto.

Para evitar el desastre, Calamity promete traer a la famosa Abigail Adams, la actriz de las tarjetas. Aunque muchos dudan, Jane viaja de Deadwood a Chicago para buscarla. Ya en la ciudad, con su ropa de hombre, Calamity Jane mira el trasero de una mujer por su ridículo vestido y la forma en la que se mueve. Luego se choca con otra mujer vestida de roja que gira y con una sonrisa le guiña el ojo, en un momento de tensión sexual lésbica que es el prólogo de lo que vendrá.

En el teatro la verdadera Abigail Adams es talentosa pero no buena persona. Calamity la ve actuar desde muy lejos y cuando la va a buscar al camerino termina contratando a la asistente, Katie Brown (Allyn Ann McLerie), una aspirante a estrella enojada con su jefa que se está por ir de gira a Europa. Cuando Calamity descubre a Katie se fascina con su belleza. Ambas mujeres vuelven juntas a Deadwood. Wild Bill había dicho que si Calamity lograba traer a la actriz él se disfrazaba de mujer india con un bebé en brazos. Increíble pero real, nada menos que Wild Bill aparece vestido de mujer india con un bebé en brazos. El segundo hombre vestido de mujer de la película. Pero la farsa de la actriz se descubre en la primera actuación. También engañada, pero sintiéndose responsable, Calamity se interpone entre Katie y la multitud y finalmente ella actúa con su propio estilo y le va bien. El teniente Gilmartin y Wild Bill se enamoran de Katie, pero la actriz se va a vivir con Calamity.

Ambas mujeres llegan a la cabaña en mal estado de Camility. Doris Day y Allyn Ann McLerie cantan juntas A Woman’s Touch una canción que ilustra la secuencia de montaje donde convierten la vieja cabaña en un hermoso hogar en cuya puerta escriben el nombre de ambas. Aunque Camility arregla su aspecto, sigue siendo la Calamity vestida con pantalones. Sigue siendo Doris Day, porque siempre se ve bien. La amistad femenina y la idea de que son pareja son dos ideas que corren en paralelo en la película y aunque la censura de la época hubiera impedido lo segundo, lo cierto es que se trata de un subtexto interesante. Katie “corrige” a Calamity y ambas van hacia un camino menos polémico.

Pero la relación entre las mujeres sigue siendo el centro de la trama. Calamity se siente traicionada por Katie y la tensión entre ambas sigue. Cuando Calamity descubre su verdadero amor canta Secret Love (sola, sin Wild Bill, ni Katie, para sostener una última ambigüedad) y la idea del amor secreto termina por cerrar una subtrama divertida y sofisticada que le agrega más ingredientes a un musical realmente muy bueno. Secret Love, que ganó el Oscar, es una canción que está entre lo más alto de la carrera de Doris Day y la puesta en escena de ese número es de una fineza absoluta, perfecta para que brille la actriz y la canción.

El carisma de Doris Day acá llega a uno de sus puntos más altos. Cuando canta, cuando ríe, cuando llora, la pantalla es de ella y todos los demás están detrás de su encanto. Su talento para cantar, no solo como actriz, se demuestra con creces aquí. El estilo de Howard Keel tal vez ha envejecido un poco en comparación, pero es sin duda el actor de los westerns musicales.  Just Blew in from the Windy City y The Black Hills of Dakota son otros dos momentos musicales con categoría de clásico. Se trata, sin embargo, de un musical donde la que se luce bailando es Doris Day, el resto del elenco se limita a cantar y no hay grandes coreografías.