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DES (ENCANTO)

De: Matt Groening

El primer episodio de (Des) encanto (Disenchantment en el original) se llama “Una princesa, un Elfo y un demonio entran a un bar.” Y resume todos los méritos y los problemas que tendrá la serie. Matt Groening, su creador, cambió la historia de la cultura popular para siempre cuando su creación, Los Simpson se convirtió en una serie animada que está al aire desde 1989 y ya ha pasado los seiscientos episodios. A ese éxito descomunal y todavía produciéndose le siguió la serie animada de ciencia ficción Futurama. La serie empezó en el año 1999 y tuvo siete temporadas con interrupciones. Hoy también es un clásico, pero en lo que a popularidad refiere no tiene comparación alguna con Los Simpson. De la decadencia de la serie que creó Groening y de los problemas que tuvo para que Futurama no fuera todo el tiempo comparada con su gran éxito televisivo, pasamos a una apuesta tardía pero adaptada a los tiempos actuales como es Disenchantment.

Disenchantment es una serie encargada por Netflix por dos temporadas de diez episodios cada una. Ya eso habla claramente de los cambios culturales en el consumo de series, pero también subraya la idea de que Matt Groening viene a sumarse a una larga lista de celebridades de antaño que llegan a Netflix a recibir el saludo de sus fans por todo el mundo, aun cuando su época de esplendor haya quedado en el pasado. No creo que Groening se sienta abrumado por haber creado Los Simpson, pero siendo una serie que él dejó atrás hace tantos años, sin duda su interés por crear nuevos personajes debía ser grande. Pero hay más novedades en Disenchantment.

La primera temporada tiene la estructura de las series actuales. Si bien van surgiendo personajes que arman estructuras que empiezan y terminan en cada episodio, hay una línea principal que los une a todos. No es imposible, pero tampoco es aconsejable, ver episodios aislados. Groening tiene que encontrar un equilibrio entre su vieja manera de hacer series y la que existe hoy en día. Hay un poco de las dos maneras, lo que demuestra que el talento narrativo de Matt Groening sigue intacto.

Volvamos al título del primer episodio. “Una princesa, un elfo y un demonio entran a un bar”. Es la manera de decir: pongamos tres personajes en el Medioevo y que sean complementarios entre sí para protagonizar cientos de aventuras. No sé hasta qué punto se puede calcular la efectividad de una serie, pero tener personajes fuertes abre la puerta de muchas posibles historias. La princesa Bean es una rebelde con problemas de alcohol, en constante pelea con su padre el Rey Zog quien desea casarla para lograr una alianza entre reinos. Es valiente, imprudente y quiere una vida más feliz. Por otro lado está Elfo que, como su nombre lo indica, es un elfo. Tiene problemas en su comunidad y solo desea una vida más infeliz. El tercer personaje es Luci, un demonio con cierta apariencia de gato al que Bean libera sin querer. El inocente Elfo y el cínico Luci serán los compañeros de aventuras de Bean. Entre los tres deberán sostener toda la serie, aun cuando hay un largo número de grandes personajes secundarios.

La narración medieval de aventuras para público adulto. En su primera producción para streaming, Groening también se da cuenta que sus seguidores más fieles son adultos y esta ficción es para ellos. Si bien no llega a la dureza de otras series de animación actuales, Disenchantment no es una serie para público infantil. Sus temas, su tono, e incluso su estructura general, apuntan a un público adulto. El humor es como el de Futurama, es decir un poco antiguo, simple, efectivo casi siempre, con pocas referencias culturales actuales pero con varios chistes que juegan con el anacronismo. Algunos personajes siniestros, como Hansel y Gretel, se cuentan entre los hallazgos más notables de la serie.

Hay sorpresas, algunas bastante grandes, pero no hay exceso en los ganchos entre capítulos. No hay humor para reírse a carcajadas como ocurría con las primeras temporadas de Los Simpson ni tampoco la profunda emoción de los mejores capítulos de Futurama. La serie cumple, el Medioevo le permite desplegar una belleza inusual y todos los chistes imaginables. No es una serie revolucionaria y todo se ve como algo conocido. No hay mucha originalidad, solo un poco más de la magia de Matt Groening, lo que para sus fans es bastante. Habrá que ser si la segunda temporada permite que la serie crezca y el cariño por los personajes vaya aumentando. Cuando alguien es un creador de clásicos, la vara está demasiado alta y las comparaciones pueden resultar injustas.  Disenchantment empieza hoy su camino en Netflix, veremos como sigue.