Cine Clasico

El rey León (1994)

De: Rob Minkoff y Rogers Allers

El anuncio de una nueva versión de la película de Disney El rey León ha llevado a los admiradores del film de 1994 a enloquecer de alegría con tan solo ver el tráiler. Tráiler que, digamos para empezar, emula al que presentó la película de animación años atrás. Vendrán comparaciones, nuevas ediciones, libros, juguetes y todo lo que acompaña a los grandes lanzamientos de Disney. Junto con eso, llegará la certeza de qué el mundo del cine ha cambiado para siempre y ya ni los estudios Disney son capaces de respetar su propio catálogo. No es algo nuevo, de hecho El rey León tuvo secuelas que salieron directo a video.

Pero el mejor momento para analizar nuevamente El rey León es hacerlo antes del estreno de su remake, porque las comparaciones son, además de odiosas, generalmente inútiles, cuando se estrene la versión 2019 será buena o mala, pero no por comparación. Si hay una nueva versión es porque Disney se ha dado cuenta que puede hacerlo, que el público se renueva (por ese mismo motivo Walt Disney guardaba y reestrenaba sus películas de forma tal que fuera descubiertas una y otra vez por otro público). El rey León ha sido, desde su estreno hace ya casi veinticinco años, uno de los títulos que más alegrías le trajo a Disney. Se hizo a la sombra de Pocahontas, pensando que esa sería la gran película que el estudio tendría para mostrar, tanto en la taquilla como en el sueño de premios y prestigio. Pero la sorpresa fue que el resultado fue el inverso y El rey León se llevó toda la taquilla y el prestigio mientras que Pocahontas quedó en un segundo plano. No solo eso, El rey León fue la película más taquillera a nivel mundial y la segunda más taquillera en Estados Unidos, después de Forrest Gump.  Muchos la califican como uno de los mejores films de Disney de todos los tiempos, otros hablan de una película Disney para público más adulto y serio. Algunas de sus canciones, incluyendo premio Oscar para una de ellas, son de una popularidad enorme aun hoy. Es hora de volver a analizarla.

El inicio de El rey León es una de las escenas más famosas de la película. En parte porque fue usada para promocionar la película y en parte porque tiene una de sus canciones más famosas, The Circle of Life. La animación permite que este pequeño compilado de lugares comunes sobre la naturaleza africana sea un poco más prolijo de lo que generalmente se utilizaba hasta entonces en docenas de películas. La primera canción prueba algo terrible: El rey León hubiera sido una película mucho mejor sin no hubiera tenidos todas escenas canciones. Bambi no necesitaba una explicación con canción para explicar el círculo de la vida. Curiosamente, El rey León tampoco. La imagen de viejo mono sosteniendo a Simba en alto y mostrándoselo a toda la población de animales es otra imagen emblemática de la película.  La escena termina con el título de la película. Al final, la escena se repetirá y también lo hará el cartel. Más circular que eso, imposible. Innecesaria la canción.

El rey Mufasa y su esposa Sarabi están orgullosos del pequeño Simba, su hijo, heredero del reino, futuro rey león, salvo que algo complique su camino. Y la complicación se llama Scar, el hermano del rey, el tío de Simba. El villano de la película, en esta trama que le debe algunos elementos a la historia de Hamlet de William Shakespeare, como seguramente también le debe cosas a la mencionada Bambi, a El libro de la selva (1967) y al animé Kimba, el león blanco (1965), pero no tantos como para decir que es una versión de ninguna de las historias mencionadas. Como ya era habitual en esa época, hay muchos chistes vinculados con otras películas, muchas veces distrayendo más que aportando algo. Sí, amigos, todos entendemos la cita a Taxi Driver, la entendemos porque la citan cien veces por año.

Hay tres películas que conviven en El rey León, el Disney clásico, potente, melodramático y excesivo, el Disney postmoderno con referencias múltiples, dobles sentidos y algo de picardía y finalmente el musical desatado al mejor estilo Broadway que es lo que asegura el negocio. No se los puede separar, porque así es El rey León, pero también hay que observar que la fórmula queda más expuesta que en La sirenita o La bella y la bestia. El rey León encuentra en sus raíces trágicas el prestigio necesario y en sus canciones la popularidad imprescindible para Disney. Aún estamos un poco lejos de la lectura ideológica que permita buscarle a cada escena un sentido, pero queda claro que aunque sea un villano, hoy sería difícil ver a Scar frente a un ejército que parece una evocación del nazismo. Pero más allá de la obvia referencia, lo demás es demasiado contradictorio para pasarla por el tamiz ideológico del cine actual. Seguramente las muchas nuevas versiones que el estudio está haciendo tendrán sus actualizaciones. Ya se vio en La Cenicienta y en La bella y la bestia y se verá sin duda en la nueva versión de El rey León. Mientras esperamos, una revisión muestra que este clásico de todos los tiempos tiene más puntos flojos de lo que la idealización de nuestra infancia es capaz de admitir. El rey León de 1994 está más cerca de la idea del musical de Broadway que del cine clásico de los estudios Disney, aunque intente combinar ambos.