Cine Clasico

El teatro

De: Buster Keaton y Edward F. Cline

El teatro (The Playhouse, 1921) es un cortometraje de 22 minutos de duración dirigido por Buster Keaton junto a Edward F. Cline y escrito también por ambos. Aunque tal vez no sea el más famoso de sus cortos, sin duda es uno de los que mejor representa la creatividad inagotable del genio cinematográfico del gran Buster Keaton. La cantidad de cosas que logra realizar en tan poco tiempo es un ejemplo de la velocidad y la pureza del lenguaje del cine en aquellos años.

El corto empieza con Keaton pagando una entrada y asistiendo a una función teatral donde resulta que absolutamente todos los participantes, incluyendo la orquesta, son interpretados por él. Incluso el público, mujeres, hombres, niños y ancianos, también son Buster Keaton. Cuando el sorprendido espectador revisa el programa confirma que es así, todos son Buster Keaton, con su nombre en el programa.

A esta altura nadie se sorprende si ese comienzo fuera de serie es sólo el comienzo. En realidad Keaton estaba soñando en su cuarto. Pero no, no es su cuarto, es un decorado del teatro que es desarmado mientras lo despiertan. Allí comprendemos que él es ayudante en dicho lugar y sus futuros errores provocarán toda clase de desastres. En ese aspecto este cortometraje es un anticipo de lo que tres décadas más tarde haría Jerry Lewis. Si acaso Keaton inspiró a Lewis, este corto es un antecesor de El botones (The Bellboy, 1960) o De golpe en golpe (The Errand Boy, 1961) ambas dirigidas y protagonizadas por Jerry Lewis.

La locura incluye a Keaton enamorado de una joven que tiene una gemela (interpretadas por una sola actriz) lo que genera aún más juegos de espejos, tanto en la trama como en los elaborados trucos visuales. Como sabemos que hay un solo Buster Keaton, verlo varias veces en la pantalla -hasta nueve al mismo tiempo- se adivina como un efecto, pero con las gemelas nadie sospecha que también se ha usado la misma técnica y otras tantas, algunas no tan fáciles de deducir. Veintidós minutos de humor surrealista con un clímax apoteótico, digno de la genialidad de Buster Keaton.