Peliculas

Glass Onion: un misterio de Knives Out

De: Rian Johnson

Posiblemente la secuela más inútil de la historia del cine. Pero cuando uno cree haber conseguido un personaje exitoso, nadie con sentido común podrá ser motivo suficiente para evitar una catástrofe como esta. El personaje es el detective Benoit Blanc, interpretado con una incomparable ineptitud por un Daniel Craig que quiere alejarse de James Bond. En la primera estaba peor que aquí, pero aquí el guión es francamente demasiado malo como para andar persiguiendo actores. Sin exagerar, Blanc es el peor detective de la historia en cuanto a construir de personaje.

Todo arranca con los caprichos de un multimillonario llamado Miles Bron (Edward Norton) quien invita a sus viejos amigos a que pasen unos días en su isla griega privada. El lugar, ridículamente lujoso, será el escenario en el cuál Miles les propondrá a sus amigos jugar al detective. Les avisa que fingirá su muerte y que todos deberán averiguar el culpable. ¿Pero porque está en la lista de invitados el detective Blanc? Nadie parece saberlo, ni el propio millonario.

Como se trata de un whodunit, es decir una historia al estilo Agatha Christie, no se puede avanzar sobre la trama ni anticipar nada que vaya más allá de la llegada a la isla. Pero sí se puede anticipar que tono de comedia grotesca con furiosa energía woke y una cantidad de baches asombrosos, es evidente desde el minuto uno. Todos los lugares comunes contra absolutamente todo aquello que esté en la lista negra del progresismo norteamericano, casi como si estuvieran pasando lista. Pero como ya sabemos, los dardos más venenosos son siempre contra el millonario blanco heterosexual, en este caso interpretado por Edward Norton, una mezcla de varios millonarios excéntricos pero con cierta tendencia a burlarse particularmente de uno que está muy a la moda hoy.

No hay que hacer spoilers, pero la ideología de la película los hace con solo deducirlo un poco. El elenco está a la deriva, los personajes de los sospechosos están construidos más para atacar a lo que la película considera lo malo del mundo que para cuestionarse a sí mismos. Por suerte el ya anunciado detective gay y una joven negra de Alabama están presentes para resolver los males del mundo. En el medio una puesta en escena muy mala, unos efectos visuales de presupuesto mal limitado y, esto es lo peor el mayor número de chistes coyunturales que se hayan visto en una producción norteamericana. Ni Scary Movie 5 fue capaz de tener la vara tan baja para el humor. Esto incluye mucho humor con la pandemia, lo que tiene gracia nula, por supuesto. Dolorosa de ver y soportar, aún con un par de cameos y, como no podía ser de otra manera, un mural de Kanye West en la mansión del millonario. No hay manera de que la tercera película de esta trilogía sea peor, eso es lo único bueno que traigo para compartir con ustedes.