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Hater

De: Jan Komasa

Tomasz Giemza, un estudiante de derecho obsesionado con los Krasuckis, una familia progresista de clase alta, trabaja en una empresa de relaciones públicas. Lo que parecía una tarea más resulta ser una granja de trolls en rápido desarrollo, donde Tomasz se destaca en el negocio de difundir noticias falsas y odio en línea dirigido a personalidades famosas, celebridades de internet y políticos. Con el tiempo, comienza a usar sus habilidades recién adquiridas para acechar, acosar y finalmente controlar a los Krasuckis, en particular a partir del interés que le despierta la hija de la familia. Sin medir las consecuencias de sus actos y sin el menor remordimiento por sus acciones, incluye en su plan de manipulación al candidato progresista Pawel Rudnicki, del cual los Krasuckis son seguidores.

La película juega a varios niveles al mismo tiempo. No llega nunca a profundizar del todo en ninguno. Tiene un buen protagonista y no dejar de ser inquietante tener que convivir con un personaje tan siniestro durante toda la película. Eso es lo más interesante. Luego busca explicar la facilidad con la que se puede manipular a ciertas personas por internet y como se pueden conseguir olas de odio en contra de un objetivo. No analiza el motivo ni tampoco si esas olas pueden ir en cualquier dirección o solo en los casos donde ese odio ya está instalado en la sociedad y solo falta prender la mecha.

Es una decisión de la película apuntar a un personaje y mostrarlo como un brillante manipulador, aun cuando las cosas no siempre salgan como él había pensado. También expone la doble moral de los progresistas de clase alta, paternalistas, altaneros y despreciativos de aquellas personas que dicen defender. La película extiende demasiado su metraje y no consigue obtener el más mínimo sentimiento de empatía, tal vez porque su protagonista es así, un psicópata sin remordimiento alguno.

Un caso real parecido al que el film narra, ocurrió en Polonia casi al mismo tiempo del rodaje del film, lo que le agrega un inesperado condimento de realidad a los espectadores polacos. Aun así, queda pendiente un análisis más completo del mundo de las redes sociales y la manipulación. Demasiado forzado para mostrar a su personaje, tal vez con una inquietante bajada de línea que no es otra cosa más que un lugar común acerca de los peligros de las redes sociales.