Javier Fesser, el realizador de El milagro de P. Tinto realiza aquí una comedia de historias cruzadas que recupera gran parte de su humor absurdo pero dentro de un mundo más real que el que tenía aquella memorable opera prima por la cual todos los conocimos.
Historias lamentables arranca con el homenaje a un poderoso empresario cuando va a jubilarse en un evento frente a toda su empresa. Su hijo, que nunca ha logrado la valoración de su padre, tiene todo preparado para una gran sorpresa. Con el título de la película, los espectadores estamos listos para lo peor. Luego viene la historia de Ramón, obsesivo al milímetro, que solo desea llegar a la playa que tiene enfrente antes del amanecer. Más tarde Ayoub, un africano que busca abrirse paso en España y se cruza con una mujer que es su pesadilla. Y finalmente Alipio, que tiene que resolver de manera insólita los problemas en los que le ha sumergido a su afición por el juego.
La película es original, por momentos muy angustiante, por momentos absolutamente graciosa. El humor de Fesser, para resumirlo. Observando la extrañeza de la existencia humana, donde los planes y el azar hacen cruces explosivos como los de la historias dentro del guión. Fesser juega siempre al límite entre la crueldad y la ternura, mirando con detalle a sus creaciones y otorgándoles a cada segundo un giro que los sumerge en la siguiente etapa de su aventura. La música y las canciones son usadas como siempre en su cine, como una forma de fiesta y alegría, lo que nos hace pensar que el director no sabe muy bien cuál es la razón de nuestra existencia, pero sí sabe que es divertido todo el absurdo en el cual estamos sumergidos.