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Homenaje a Jerry Lewis

EL REY DE LA COMEDIA

Murió Jerry Lewis, el Rey de la comedia. Genio enorme y a la vez incomprendido. Jerry había nacido el 16 de marzo de 1926 en Newark, New Jersey. Desde niño se dedicó al espectáculo. Su padre, un artista menor, siempre fue exigente con su hijo y Jerry vivió deseando satisfacer los deseos de triunfo que su padre depositó en él. Esto lo acompañaría toda su vida.

La fama verdadera de Jerry Lewis comenzaría cuando se unió al cantante y actor Dean Martin. Juntos comenzaron a actuar e hicieron furor en los escenarios. No tardaron en pasar a la pantalla grande. Dos films como personajes secundarios demostraron que el público los adoraba. Pasaron a roles protagónicos. Entre 1949 y 1956 hicieron dieciséis películas juntos. Entre 1950 y 1956 fueron los actores más taquilleros del planeta. Seguían actuando en escenarios. Eran furor.

Eran simples comedias con canciones. Dean Martin era el galán adulto, Jerry Lewis el joven aniñado y torpe. Lewis era bueno, Martin al comienzo solía ser malo y ambiguo. Jerry Lewis buscaba siempre ser amigo de Dean Martin en las películas. Al final el pobre muchacho pusilánime lograba su objetivo. El perdedor era ganador. Esa dualidad se iba a extender a toda la obra de Jerry Lewis como realizador y llegaría incluso a otros films no dirigidos por él más adelante.

The Stooge (1953) es la película que mejor capta esta tensión, es una comedia de una ternura infinita. La desesperación del personaje de Lewis por ser aprobado por Martin y el triunfo de todos sus objetivos es claro ejemplo de cómo Lewis empezaba a tener más peso en los proyectos.

La aparición de Frank Tashlin como director (cineasta y realizador de animación) terminó de despertar la genialidad en el humor de Jerry Lewis. El humor absurdo, demencial, intenso, todo eso aportó Tashlin a un Jerry Lewis cada vez más exigente, buscando el control artístico total de las películas. Hollywood or Bust y Artists and Models son las dos mejores películas de Martin y Lewis. Pero la situación comenzaba a resquebrajarse. Dean Martin quería filmar e irse, pero Jerry Lewis buscaba ir mucho más allá. El muchachito era que estaba a cargo, el dúo se rompió.

Dean Martin, gran actor y maravilloso cantante, siguió su camino. Jerry Lewis comenzó su camino a la grandeza absoluta. Frank Tashlin fue con él, en muchos aspectos fue su maestro. Jerry Lewis hizo varias después del dúo y antes de dirigir, las mejores fueron con Frank Tashlin. The Geisha Boy, Cinderfella y Rocky-a-Bye Baby son obras maestras, aunque no las únicas que hicieron juntos.

En 1960 Paramount le permite a Jerry Lewis dirigir su primera película, The Bellboy. El acuerdo es que fuera en blanco y negro y la filmara rápido y barato. Lewis actuaba en el hotel Fontainebleau, en Miami, por las noches, de día filmaba la película. El éxito fue gigantesco, pero no era cualquiera película. El botones demostró que Jerry Lewis era un genio absoluto. Actor, director, productor y guionista. Su dominio de la comedia era total. Incluso usó el sistema de video-assist, lo que además lo convirtió en pionero a nivel técnico.

Lo más importante: mostró sus temas favoritos y sus obsesiones. Toda su obra fue una exploración de Dr Jekyll y Mr. Hyde. Detrás del amable joven inocente y bonachón, habitaba un ser oscuro y poderoso. Jerry Lewis vivió obsesionado con esa dualidad. Algo de lo que había en Martin-Lewis.

Esto no le impidió seguir siendo el más gracioso comediante. Y también tuvo un dominio de la puesta en escena pocas veces vista. En esta película los gags visuales llegan a un nivel nunca visto desde Buster Keaton. También es una película llena de angustia y tragedia. El propio Jerry Lewis hace de botones pero al mismo tiempo hace de él mismo. Cuando hace de Lewis, lo vemos angustiado, dolido, abrumado. Es un retrato de sí mismo absolutamente demoledor.

A su estética fantástica le sumó un trabajo con el color de un nivel asombroso. En ese aspecto también fue un maestro. Su paleta de colores no ha sido todo lo valorada que merece y sin duda ha sido influencia capital en muchos cineastas posteriores. El terror de las chicas (The Ladies Man) resume todo esto. Jerry Lewis parece el cadete de todas las mujeres, pero es el amo y señor de una casa de muñecas. El decorado de El terror de las chicas es uno de los más asombrosos de todos los tiempos. Ver para creer. Jerry Lewis sabía lo que hacía.

Con El profesor chiflado (The Nutty Professor) llegó la culminación de sus ideas como autor. La película es la mejor adaptación de Dr. Jekyll y Mr. Hyde que se haya hecho. Buddy Love (Amigo Amor) es el Jerry Lewis de la vida real, Julius Kelp (el profesor) es el de las películas. Es una película apasionante. Y graciosa, claro, muy graciosa. Siempre el débil termina siendo poderoso, siempre el payado termina tomando el control. El personaje lo arrastra, Jerry Lewis lo ama y lo odia.

Con The Patsy culmina una serie de obras maestras, pero las comedias comienzan a volverse más complicadas. Hace varios films más, pero su esplendor quedaba atrás. Jerry Lewis no era tomado en serio en su país, nunca lo fue. Sus obsesiones se profundizan, su cine se vuelve más angustiante. A sus problemas artísticos y personales Lewis le sumó un proyecto imposible: El día que el payaso lloró (The Day the Clown Cried). Era la historia de un payaso que entretenía a los chicos en un campo de exterminio nazi antes de que murieran. Fue demasiado, incluso para él. La película nunca se estrenó, fue devastador para Jerry Lewis. Venía de un fracaso con un proyecto de cadenas de cines, la suma de ambas cosas y una salud complicada lo pusieron en crisis.

Tuvo un breve tiempo como docente universitario dando clases de cine. Entre los alumnos de Jerry Lewis estuvieron Steven Spielberg y George Lucas. Lewis descubrió rápidamente el valor de Spielberg y hasta lo plasmó en un libro. De esa experiencia escribió un libro: The Total Filmmaker. Sí, escribió uno de los mejores libros sobre cine también. Imperdible. Un análisis minucioso de la realización cinematográfica.

La década del 70 lo encontró lejos del cine, pero volvería en los años siguientes. Jerry Lewis seguía siendo una celebridad. No solo era actor, productor, director y guionista. Fue docente, escritor, cantante y hasta premiado fotógrafo. Radio, cine, televisión, literatura, música, todo eso era Jerry Lewis. Y sí, también el mejor cómico del mundo. También fue famoso por su lucha contra la distrofia muscular, tus famosos teletones lo llevaron incluso a una nominación al premio Nobel.

En 1980 Jerry Lewis vuelve a la dirección con film coherente con su obra: Hardly Working y se despedirá en 1983 dirigiendo Cracking Up, su última obra maestra y por lejos su film más angustiante. En 1982 Martin Scorsese hace El rey de la comedia. Una película 100% con el espíritu Lewis. El ridículo poderoso lo hace, sin embargo, Robert De Niro. Un homenaje merecido, una maravilla creada por Scorsese mirando a Lewis.

Jerry Lewis siguió haciendo cine y también televisión, pero se volverían cada vez más esporádicas sus apariciones. En 1991 le sumó a todo esto debutar en una obra en Broadway: Damn Yankees. Jerry Lewis sabía que para su padre, Broadway era lo único importante. Emir Kusturica le dio un papel en Arizona Dream, Jerry Lewis llegó así a una nueva generación de espectadores.

En el siglo XXI recibió premios y homenajes en varios festivales del mundo y también un Oscar honorario. Jerry Lewis recibía su reconocimiento. “No quiero palabras dulces cuando muera, quiero escucharlas ahora” dijo alguna vez Jerry Lewis. También declaró muchas veces: “No hay diferencia alguna entre comedia y tragedia. Comedia es tragedia.” Aun hacía presentaciones en vivo en distintos teatros, fans de Jerry Lewis se acercaban a saludarlo y a reírse con su máximo ídolo.

Ahora a título personal, y con perdón de todos, quiero decir que yo soy uno de esos fans. Y lo vi en vivo el año pasado en Nueva York. Entre otros lugares, Jerry Lewis actuó en el St. George Theatre en Staten Island. Fue un momento inolvidable para mí. Desde que era niño él fue mi ídolo. Lo adoraba y lo adoro. Descubrir de adulto que era un genio me resultó apasionante. De niño y adolescente todos mis miedos y mis torpezas me resultaban menos oscuros cuando veía a Jerry Lewis. Aun no entendía el motivo. No sé como hubiera sido mi vida sin su obra, sin su humor. Aun hoy, buscando fotos, me río con sus gestos. Nadie me hace reír más que Jerry Lewis. No concibo la vida sin humor. Y Jerry Lewis ha sido y será el Rey de la comedia. No concibo la vida sin su obra. Descansa en paz, Jerry, gracias por todo. ¡Larga vida al Rey!