Jugar en casa (Home Team, 2022) es una comedia protagonizada por Kevin James y Taylor Lautner, producida por Adam Sandler, su socio Allen Covert y el propio Kevin James. Está basada en una historia real, la del entrenador de fútbol americano Sean Payton (Kevin James) que llegó a la máxima gloria con los New Orleans Saints, pero fue suspendido de la liga por un escándalo de recompensas por lesionar a los contrarios intencionalmente en los partidos. Durante su suspensión ayudó a entrenar al equipo de sexto grado de su hijo Connor, en Argyle Texas y esa es la historia que cuenta la película.
Aunque la historia se basa en hechos reales y respeta algunos de los puntos más importantes de la misma, la película respeta la más pura tradición de un género no escrito pero conocido por todos: El entrenador famoso caído en desgracia que debe entrenar al peor equipo de perdedores. La premisa más adorable del planeta, la que convirtió a Bad News Bears (1976) en un clásico y que desde siempre fue una fórmula simpática y efectiva. Jugar en casa pertenece a ese mundo y tal vez por eso se convirtió en un éxito instantáneo.
Como todo film de la factoría Sandler, la película tiene sus excentricidades y chistes un poco más jugados que una comedia clásica. Para empezar elige como protagonista a un personaje corrupto que ha jugado sucio, lo que es un poco de difícil de digerir si uno conoce la historia real. Pero también conecta a la película con otra muy querida por el propio Adam Sandler: The Longest Yard (1974) el clásico protagonizado por Burt Reynolds del cual Sandler hizo una remake en el año 2005. Aquella película de 1974 empezaba con un protagonista siniestro que lograba, de alguna manera, reivindicarse. Acá todo es más liviano, aunque no faltan algunos de los actores amigos, como Roy Schneider, Gary Valentine o Allen Covert, en esos roles al borde, lejos de cualquier realismo.
El raro gancho comercial que la película agrega es la presencia de Taylor Lautner, recordado por su rol de Jacob Black en la saga de Crepúsculo. El es el joven entrenador del equipo de niños que es incapaz de ganar partidos. Cuando se sume Payton todo cambiará pero, como el género obliga, el propio Payton deberá aprender también alguna lección, aquella que le permita obtener el perdón por sus faltas del pasado. Dos o tres muy graciosas y el talento de los actores convierten a esta película completamente estándar en un entretenimiento inocuo y llevadero, tal vez con una lección moral, pero no muy solemne ni grave.