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La caída de la casa Usher (2023)

De: Mike Flanagan

La caída de la casa Usher (The Fall of the House of Usher, Estados Unidos 2023) es una miniserie basada en el cuento del mismo nombre escrito por Edgar Allan Poe en 1839. Su creador es el especialista en cine y series de terror Mike Flanagan y su concepto es parecido al de sus miniseries previas, que buscaban tomar el mundo de un autor a partir de una o varias obras y crear un mundo nuevo a partir de ello. En este caso el resultado es notablemente inferior al de todas sus miniseries previas.

La caída de la casa Usher es uno de los cuentos más importantes, conocidos y prestigiosos que escribió Edgar Allan Poe. Ha sido adaptado a la pantalla grande y chica en muchas ocasiones y sus ideas se parecen a las de muchas obras de horror gótico de otros autores. Su universo cierra sobre sí mismo y el relato del protagonista, un amigo del dueño de casa, se reduce a la descripción de los dos habitantes de la mansión y la maldición que parece ceñirse sobre ellos. Sobrevuela el fantasma del incesto pero principalmente describe el mundo de locura y alienación que con tanta vehemencia ha narrado Edgar Allan Poe en sus historias. En un cuento relativamente breve e inolvidable, una obra maestra del género. Pasar de eso a una miniserie es difícil pero no existe obligación alguna de ser leal a un texto ni tampoco está prohibido expandir su universo. Lo único que no se perdona es que la historia que finalmente se elija no llegue a funcionar en sí misma, como es en este caso.

Mike Flanagan sigue su camino de adaptar autores en formato miniserie. La maldición de Hill House (2018) partía de la autora Shirley Jackson y se lanzaba a una versión muy libre de su texto. La maldición de Bly Manor (2020) era una miniserie que tomaba Otra vuelta de tuerca de Henry James y la convertía en algo más extenso. Y finalmente Misa de medianoche (2021) era el mundo de Stephen King en una sola historia que mezclaba varias del autor. La caída de la casa Usher (2023) hace lo propio con Edgar Allan Poe y, de las cuatro, es la que más lejos queda del texto original. Aunque adaptar fielmente, como dijimos, no es necesariamente sinónimo de una mejor obra, el espíritu del autor se ve mucho mejor captado en Misa de medianoche que en las demás. En ese aspecto el sueño de Mike Flanagan se cumple con creces.

Roderick Usher, el corrupto director ejecutivo de Fortunato Pharmaceuticals, ha perdido a sus seis hijos (el heredero Frederick, el empresario Tamerlane, la cirujana Victorine, el magnate de videojuegos Leo, la directora de relaciones públicas Camille, y el celebrity hedonista Perry) en el lapso insólito de dos semanas. Asiste al funeral de sus tres hijos mayores (los últimos en morir), acompañado por su hermana y directora de operaciones, Madeline, su esposa Juno, su nieta Lenore, y su aliado el abogado Arthur Pym. Roderick está atormentado por apariciones espeluznantes y colapsa al ver un cuervo, señal del final para él. Invita entonces a su enemigo, el fiscal federal adjunto C. Auguste Dupin, a la casa de su infancia para confesar sus crímenes y revelar las causas de la muerte de sus hijos.

Cada uno de los nombres de los personajes pertenece a algún cuento, poema o novela de Edgar Allan Poe. Estas citas también aparecen en los títulos de los ocho episodios. Si bien el título del primero es una frase de la primera línea del poema de Poe El cuervo, el último episodio lleva el título de dicho poema. Los demás tienen los mismos títulos que los siguientes cuentos de Poe: La máscara de la muerte roja, Los crímenes de la calle Morgue, El gato negro, El corazón delator, El escarabajo de oro, y El pozo y el péndulo. Nadie puede negar que han repasado la obra del autor, la pregunta es si esto da el resultado esperado o no. Demás está decir que tampoco se han descuidado los aspectos técnicos para crear un clima y una identidad para cada uno de los personajes. Mike Flanagan no necesita que el espectador conozca a Edgar Allan Poe para darse cuenta de que su pastiche es tal, se nota una mezcla rara de elementos, tan forzada como agotadora.

Es posible que todos los elementos más sangrientos y violentos de Edgar Allan Poe se pusieran en pantalla tal cual los escribió el autor el resultado también hubiera sido impactante, pero el deseo de Flanagan por las escenas más truculentas aquí pierde efecto por su acumulación. Es efectismo en el sentido más estricto del término. Mike Flanagan nos ha dado varios de los momentos más sangrientos de los últimos años. No el gore festivo clásico, sino uno más perturbador. Acá impacta al comienzo, pero termina siendo aburrido. A eso hay que agregarle una agenda política hecha bien a la moda, preocupada por cumplir con las reglas ideológicas del presente, lo que también es muestra de pereza. Y finalmente lo que resulta más tonto y torpe es su discurso político y social con respecto a la crisis de los opioides en Estados Unidos. El tema es interesante y ha sido tratado en varias series y películas ya, pero acá simplemente no funciona. No es una historia de terror gótico, no es tampoco una miniserie de denuncia. Es algo híbrido que no sirve a nadie.

Para quienes amen la obra de Edgar Allan Poe, hoy más que nunca se recomienda volver sobre dos adaptaciones inolvidables. En primer término la sublime versión de Roger Corman de 1960 con Vincent Price en el rol de Roderick Usher, un lujo total que marcó la serie de películas sobre Poe que hicieron el director y el actor. Price logró crear su propio personaje pero respetando el espíritu del cuento. Roger Corman sería precursor de esta idea de tomar muchas historias y mezclarlas en un solo largometraje. Y otra versión, rara, experimental, más interesante que perfecta, con una fidelidad escasa al texto, pero visualmente vanguardista, fue la de Jean Epstein rodada en Francia en 1928. Este film silente tenía guión de Luis Buñuel, que no se sintió a gusto por el alejamiento de la obra original que tuvo el proyecto.  

La caída de la casa Usher (2023) tiene un elenco incluye rostros de la factoría Flanagan y algunos nuevos, pero se trata de un equipo importante. Carla Gugino, Bruce Greenwood, Mary McDonnell, Henry Thomas, Kate Siegel, Mark Hamill y Annabeth Gish son los principales. Por momentos están brillantes, por momentos caen en las garras de un guión pretencioso y demasiado arbitrario. Aún con algunos momentos de sorpresa e interés, esta miniserie parece más un retroceso en la obra de Mike Flanagan que un avance en su deseo de adueñarse de los clásicos del terror universal.