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Leaving Neverland

De: Dan Reed

¿Justifica Dejando Neverland (Leaving Neverland) su duración de cuatro horas? Probablemente no. A diferencia de grandes documentales de extensa duración, la forma en la que está contada la película no convierte a este extenso relato en una experiencia que necesite semejante duración. La película está contada de la manera más estándar y sin hallazgos que uno pueda imaginar. Pero no es ese el motivo por el cual alguien vería Leaving Neverland. El motivo para verlo son los testimonios que explican como Michael Jackson, la estrella más grande de la música pop de la historia, fue un abusador, un pedófilo, un depredador con un plan y un sistema, y como las familias de las víctimas, el entorno de Michael Jackson y el mundo entero lo tuvo frente a sus narices y no vio, no quiso ver, o encubrió semejantes crímenes.

Este documental estrenado a nivel mundial por HBO y en Gran Bretaña por Channel 4, producido por Amos Pictures Ltd., sin duda ha generado una gran controversia y ha movido el avispero trayendo consecuencias cuyo final es difícil de adivinar. No es el primer documental controvertido sobre Michael Jackson y las acusaciones contra él, pero volveremos sobre eso más adelante.

El documental dirigido por Dan Reed está centrado exclusivamente en dos largas entrevistas a James “Jimmy” Safechuck y Wade Robson, donde cuentan como cuando tenían 10 y 7 años respectivamente, iniciaron un vínculo con Michael Jackson que derivó en años de continuos abusos sexuales por parte de él. A los testimonios de Safechuck y Robson se le suman los de sus familias, en particular las madres de ambos, que van contando su parte de la misma historia. En la totalidad de los testimonios no hay opiniones contrarias ni intento alguno de debatir el tema. Es el relato de dos jóvenes que cuentan cómo fueron abusados durante años cuando eran niños.

James Safechuck era un actor infantil que vivía en California, a partir de su participación en una publicidad de Pepsi junto a Michael Jackson en 1986, el cantante lo eligió a él y sedujo a su familia para convertirse en amigo de todos ellos. Por otro lado, Wade Robson era un niño con un talento natural para el baile y vivía en Brisbane, Australia. Conoció a Michael Jackson cuando tenía cinco años, luego de ganar un concurso de imitadores. Conoció al artista en ese momento pero la familia insistió con el contacto y en 1990 volvieron a entrar en contacto con él en Estados Unidos y allí comenzó un vínculo muy parecido al de la familia de Safechuck.

Cualquiera que vea el documental confiando en los testimonios sentirá que no hay nada que discutir, que queda claro que Michael Jackson abusó sexualmente de ambos niños, que recién como adultos se animan a contar su verdad. No es un documental sobre Michael Jackson, se dirá con razón, pero si no fuera el músico el acusado de tales crímenes, el mundo no estaría hablando de la película de Dan Reed. Sin duda que hay un elemento comercial en todo esto, pero incluso eso no afecta la verdad de lo que haya ocurrido.

El documental ha tenido una rotunda mayoría de críticas a favor. Al observar sus escasos méritos visuales queda claro que esa aprobación mayoritaria parte del contenido y no de la forma. Pero la forma es fundamental en el cine y en el caso del documental define por completo su ética. ¿De qué está hecho Leaving Neverland? De los testimonios de dos personas como centro total de la trama, en ambos casos haciendo una descripción minuciosa de los abusos, luego de otra descripción detallada de la manera en la que se conectaron con Michael Jackson y como este construyó la relación. A estos testimonios se le suman las familias de ambos, en particular las madres, que también describen todo esto pero desde el punto de vista de quien formó parte pero nunca fue testigo de los abusos que están en el centro de la controversia.

Living Neverland es muy pobre en lo visual. Las entrevistas están armadas con dos planos, unos más alejados, casi en plano medio y otros más cercanos, insertados en los momentos de mayor drama. Así son todas las entrevistas. Hay fotos, videos y recién en la segunda parte aparece un material de archivo que abre un poco más el juego, cuando aparecen los dos momentos en los que Michael Jackson fue acusado de abuso, llegando a juicio en uno de los casos y arreglando por veinte millones de dólares fuera de la corte en otro. Una serie de planos aéreos van separando las entrevistas, y aunque uno pueda interpretar muchas cosas, lo cierto es que no parecen significar nada, solo permitir un poco de aire frente a tantos testimonios. Tampoco queda muy claro, raro siendo un documental tan preciso, la línea temporal de ambos casos y como se cruzaban, eventualmente. Los testimonios son largos, pero están cortados muchas veces, demasiadas veces, por lo que la intensidad en varios casos se pierde. Su raíz televisiva se hace evidente en esos momentos.

El atractivo principal Leaving Neverland se divide en dos grandes tópicos, dos temas que son lo más interesante que tiene y que van más allá del escándalo. Para hacer una denuncia de una celebridad hay docenas de ejemplos previos en los canales de entretenimiento, en series de ficción, en todos los formatos. No es para restarle importancia a los crímenes de abuso, sino para explicar donde en estas cuatro horas se construye algo que va más allá de eso o corre en paralelo de manera más sofisticada. Vayamos a estos dos temas.

El entorno que permitió esta clase de conductas. Michael Jackson, famoso artista, amado por millones, poderoso y millonario como pocas personas, tenía una vida para la cual necesitaba cientos de asistentes, colaboradores, personas que lo acompañaban en diferentes momentos de su vida y a lo largo de los años. No se los puede acusar de complicidad, pero a lo largo de las cuatro horas queda claro que esas personas hicieron la vista gorda frente a que Jackson tuviera esta clase de vínculos con menores de edad. Sin llegar al abuso, las noches de Michael Jackson compartiendo cuarto con niños son motivo suficiente de alarma. En el documental una de las madres describe como de estar en el cuarto de al lado toda la familia, pasaron a lo largo de los días de gira a estar él con el niño y la familia en otro piso de los hoteles. Asumiendo que esto es cierto, quien haya hecho la reserva de los cuartos sabía lo que estaba haciendo. La doble vara moral también permitió que celebridades de todo el mundo lo vieran llegar a Michael Jackson con niños y no dijeran una palabra. La normalidad con la que se aceptó esto es gravísimo. El documental podrá servir, no lo dudo, como una señal de alarma para que los que no obraron de mala fe, no vuelvan a permitir algo así jamás.

El otro tema interesante es la familia de los protagonistas, en particular las madres de ambos. Cegadas por la aparición de la estrella del pop, embriagadas por el lujo sin límites que les proponía este pacto con el diablo en la forma de Michael Jackson y su reino de Neverland, las madres se dejaron engañar, hicieron caso omiso de todas las señales que recibían y fueron capaces de entregar a sus hijos y el destino de sus familias a cambio de entrar en ese mundo. Arruinaron sus vidas por esos momentos de gloria efímera y falsa. El documental es una gran advertencia para los que bajo el mismo hechizo toman decisiones igualmente nefastas. Seguramente hubo otros padres de otros chicos que se negaron y huyeron de las garras de Michael Jackson, ellas no. A lo largo de esas cuatro horas se termina de saber cuál fue el precio que pagaron y pagarán por el resto de sus vidas.

La batalla recién empieza, muchas radios decidieron sacar la música de Michael Jackson, la marca Louis Vuitton dio marcha atrás con una colección inspirada en él, los creadores de Los Simpson decidieron retirar de circulación el episodio Stark Raving Dad, donde Michael Jackson le daba la voz a un personaje. Los fans de Michael Jackson en todo el mundo boicotearon el documental y no paran de atacar a quienes lo realizaron. HBO enfrenta una demanda por 100 millones de dólares por haber exhibido el documental por parte de los apoderados de la herencia de Jackson. Cuando HBO estrenó Leaving Neverland la cuenta de YouTube subió el documental Live in Bucharest: The Dangerous Tour Concert Film y la cuenta de Twitter lo recomendó y difundió. Un esfuerzo por tapar el escándalo.

El documental no es el primer escándalo ni la primera noticia, de hecho Wade Robson ya había aparecido en televisión contando de los abusos. Años atrás, en el 2003 salió al aire Living with Michael Jackson: A Tonight Special donde Martin Bashir le hacía una larga entrevista a Michael Jackson y lo acompañaba durante algunos días. Esa entrevista, por la cual Jackson se sintió traicionado, era lo suficientemente polémica como para opacar la figura del cantante. No pasó. Michael Jackson murió en el año 2009 y siguió siendo popular. Tuvo una despedida descomunal que vio todo el planeta. En esa entrevista del 2003 se veía como luego de dos denuncias muy claras, Jackson había decidido mejorar su imagen, pero su testimonio incluye que le gustaba ir a la cama con niños, sin contenido sexual, según él, pero dormir con ellos. El periodista, asombrado, le dice que es inaceptable. Jackson no se arrepiente, pero hace lo imposible para aclarar que no lo sigue haciendo. Ese documental es definitivo, pero el mundo eligió, como los padres de los niños abusados, mirar para otro lado.

La reflexión final que deja el documental es que el mundo sabía de las conductas de Michael Jackson, que muchos fueron un poco inocentes al subestimar la gravedad de lo que él hacía, pero todos conocían que dormía con niños. Qué por su talento, o su poder, o su fama, muchos actuaron como cómplices, que no les importó, que tal vez tienen sus propias cuentas pendientes. Leaving Neverland puede no ser una gran película, pero si sirve como advertencia cumplió su cometido. En el mundo de la música, del cine, de la televisión, de la política y del deporte, como los hay en la iglesia y en la educación, así como en el ámbito laboral hay abusadores, depredadores buscando víctimas. Lamentablemente también hay muchas personas mirando hacia un costado o dejándose engañar hasta que ya es demasiado tarde. Leaving Neverland es una descripción brutal de eso, donde Michael Jackson es el atractivo que lleva a que todos vean la película, pero su verdadero centro son las víctimas. Michael Jackson murió, pero las consecuencias de sus actos aún siguen ahí.