Series

Mi nombre

De: Jin-min Kim

Las series coreanas han logrado romper las fronteras de una manera que el excelente cine coreano no ha podido. Es difícil ver todo el buen cine que se hace en ese país, pero las series, streaming mediante por supuesto, se han posicionado muy bien en la actualidad. Mi nombre ha tenido bastante éxito por un motivo absurdo: ha sido la primera serie de ese país que se asomó luego de El juego del calamar, y aunque no tenían nada que ver, el público decidió apostar dos veces a Corea del sur a la hora de ver series. No están solas, hay muchas más, pero la casualidad las unió momentáneamente.

La historia que cuenta Mi nombre ha sido objeto de muchos films y series. En el centro de la trama está el tema de la venganza, pero no de cualquier tipo, sino aquella tan compleja y retorcida que necesita años para poder concretarse. Westerns y policías se han nutrido de este tema y aquí encontramos un nuevo ejemplo. La protagonista es una adolescente que sufre la discriminación en su colegio. Se burlan de ella porque su padre es delincuente y ella reacciona con violencia. En la escena inicial ya sabemos su capacidad para pelear y la violencia que acumula.

Yoon Ji-woo vuelve a su departamento el día de su cumpleaños esperando que llegue su padre. Su tristeza pasa a ser dolor cuando su progenitor es asesinado en la puerta mientras le dice que no abra la puerta. La joven, traumada, descubre también que su padre llevaba un regalo para ella. A pesar de ser un delincuente, el amor por su hija existía. Sola en el mundo, Yoon Ji-woo jura vengarse, pero es imposible que sobreviva en las violentas calles. Es entonces cuando Choi Mu-jin, el jefe de una organización criminal llamada Dongcheon, la adopta y le promete que le permitirá vengar a su padre.

Para lograr ese cometido, Yoon Ji-woo deberá trabajar para dicha organización e infiltrarse en las fuerzas policiales. La joven entonces inicia una carrera completa en la policía bajo el nombre de Oh Hye-jin. A partir de ese momento llevará una doble vida, mientras va descubriendo más verdades de las que imaginaba y complicando más su situación personal, así como la de sus compañeros de fuerza.

La serie no es solo un gran policial, también es una película de acción con artes marciales y gran cantidad de peleas. Tiene una dosis de violencia sangrienta leal a la tradición de los géneros en oriente y nunca da respiro. Se nota la doble inspiración de al menos dos películas: Infernal Affairs (2002) el clásico de Hong Kong con Andy Lau y Tony Leung que a su vez tuvo una remake norteamericana llamada Los infiltrados (The Departed, 2006) película ganadora del Oscar dirigida por Martin Scorsese, con Leonardo Di Caprio y Matt Damon.

Con ocho episodios la historia tiene grandes momentos de suspenso, mucha acción y bastante drama. No se pierde de su centro y mantiene el rigor todo el tiempo. Las actuaciones son particularmente destacables y la influencia mencionada de dos grandes películas no hace más que confirmar lo potente que es la premisa. Abandonarlo todo y vivir infiltrado, en este caso con un objetivo que lo consume todo y arrastra a la propia protagonista al mismo infierno.