Notas

NI CON PERROS, NI CON CHICOS…

De: Fernando Albinarrate

ELSA & CHARLES

Las posibilidades de que un cinéfilo se sienta realmente a gusto yendo al teatro no son demasiadas. Sería demasiado largo explicar los motivos que, aun siendo en muchos casos obvios, mantienen al amante del cine a cierta distancia de la oferta teatral permanente. Pero toda desconfianza desaparece cuando una obra tiende un puente entre el teatro y el cine. Tal es el caso de Ni con perros, ni con chicos…, una obra que cuenta la historia de una legendaria pareja del cine: Charles Laughton y Elsa Lanchester. Que exista una obra sobre ellos es sin duda una sorpresa, pero que esa obra haya sido escrita estrenada en Argentina es todo un motivo de asombro.

La obra está escrita por Fernando Albinarrate, quien estudió la vida de ambos artistas y leyó sus respectivas biografías. La obra es un musical, lo que en el fondo no es tan ilógico, pero aun así habla de un esfuerzo creativo ambicioso desde todos los puntos de vista. Los protagonistas son Omar Calicchio y Laura Oliva. Solo dos actores más completan el elenco: Dennis Smith y Daniela Pantano. Cuatro músicos en vivo y un decorado funcional y simple, que evoca el estilo del Hollywood clásico, son todo lo que necesitan para contarnos esta historia. La dirección está a cargo de Javier Daulte. La dirección musical es también de Fernando Albinarrate.

En la intimidad de la sala Orestes Caviglia del Teatro Nacional Cervantes, no lleva mucho tiempo comprometerse con lo que la obra cuenta y el cinéfilo –más difícil de convencer que el espectador teatral- vivirá la experiencia de contemplar al matrimonio Laughton-Lanchester como nunca antes lo había hecho. Para quien no sepa absolutamente nada sobre ellos, la obra funciona con la misma efectividad y emoción, aunque el cinéfilo tendrá un agregado conmovedor al repasar de forma veloz, divertida y también didáctica, gran parte de la obra y la vida de ambos.

El título de la obra remite a una frase clásica del mundo del espectáculo que dice “No trabajes ni con perros ni con chicos…” y a la que el maestro Alfred Hitchcock le agregó “Ni con Charles Laughton”. El título de la obra es ya una invitación cinéfila. Y la canción que con el mismo título es una de las más adorables de la obra. Hitchcock, Wilder, Brecht, von Sternberg, los nombres desfilan a lo largo de la obra, pero el centro siempre son Charles y Elsa. Su vida privada y su vida laboral, hilvanada de forma brillante por el autor.

Sorprende, y acá otra vez el impaciente cinéfilo agradece, el ritmo de la obra, la dinámica, el movimiento, el concepto de entretenimiento que acompaña a la complejidad de los dos protagonistas. Los cuatro actores dejan todo para que esto ocurra, sin duda, pero la dirección está enfocada en el movimiento casi constante. ¿Y qué cosa más emocionante para un cinéfilo que una canción dedicada a La noche del cazador y otra a La novia de Frankenstein? Algunas canciones son graciosas, otras son dramáticas, como de hecho es la obra. Qué pasa del gag al llanto siempre de forma acertada.

Pero volviendo a la imagen –la obra no tiene imágenes de las películas, ni fotos, apenas algunos acertados detalles de vestuario que logran la evocación necesaria- lo que resulta verdaderamente mágico es como Omar Calicchio se convierte en Charles Laughton. Hablando en castellano, sin buscar la imitación, Calicchio nos convence de que estamos viendo a Laughton. El físico lo ayuda un poco, pero el mérito es de él. Para quien no conozca al actor británico la actuación es impecable, para quien lo conozca, es directamente mágica. Laura Oliva tiene una distancia física con Elsa Lanchester más notable, pero ahí está, la señora Lanchester frente a nosotros. Después de todo, ella era tan buena actriz dramática como comediante, y Oliva ofrece ambas cosas. Dennis Smith y Daniela Pantano completan todos los papeles que rodean a los protagonistas. Su physique du rôle de Hollywood clásico los convierte en parte fundamental de ese viaje al pasado, y su timing para la comedia nos hace pensar en que podrían tener su propia screwball comedy en algún momento. De hecho la tienen en alguna escena.

Ni con perros, ni con chicos… no es una obra para cinéfilos, aunque el material sea irresistible para los que amamos el cine clásico, sino una obra acerca de un matrimonio dedicado a la actuación. Una historia de amor. De amor entre dos artistas, del amor que ellos le tenían a su trabajo. Del amor entre ambos, principalmente. Esta escrita, dirigida y protagonizada también con ese mismo amor por el teatro, ya no solo el cine. No es casual ni raro que termine emocionando mucho a los espectadores. Su historia es universal aunque haya elegido a una pareja legendaria para protagonizarla. Ya eran inmortales, pero Fernando Albinarrate los ha vuelto a la vida.