Cine Clasico

¡Qué suerte tiene el marino!

De: Hal Walker

Sailor Beware, conocida en Latinoamérica como ¡Qué suerte tiene el marino!, es el quinto título que estrenaron Dean Martin y Jerry Lewis como dúo. En comparación con los cuatro anteriores, aquí se los ve con el ritmo alocado y feroz de lo que serían luego sus mejores películas. Esta vez el dúo se presenta voluntariamente para servir en la marina. Melvin Jones (Jerry Lewis) lo hace por razones médicas, su salud endeble necesita del mar y no tiene plata para costearse un viaje. Al Crowthers (Dean Martin) ha sido rechazado muchas veces y solo se presenta para poder despedirse de su chica de turno. Una vez más, esta pareja despareja se terminará convirtiendo en un dúo inseparable.

Sailor Beware muestra la evolución del dúo en todos los aspectos. Jerry Lewis tiene mucha más libertad para realizar momentos delirantes y Dean Martin, más allá de las objeciones del productor Hal B. Wallis, muestra también su timing para la comedia. El guión es más elaborado y la producción es mucho mayor. Gran parte de la historia está filmada en instalaciones de la marina, lo cual es agradecido con un cartel al comienzo de la película. Esto, lejos de ser una limitación, le permite a Jerry Lewis realizar algunos de los gags más graciosos de toda la trama. La escena de la gimnasia colectiva con él en primera fila es de lo más gracioso que ha hecho el dúo. Y todos los gags del submarino no solo son graciosos, son espectaculares cuando están filmados en la cubierta de uno verdadero. Toda la parte inicial, con los exámenes médicos para los aspirantes, es simplemente memorable.

No faltan canciones, aunque estas están ubicadas en su mayoría en la segunda parte, cuando la trama pasa a Honolulu y están más justificadas. Queda en este período de la filmografía de Martin y Lewis el momento que emula sus actuaciones teatrales, es decir Martin cantando en serio en un escenario y Lewis interrumpiendo y generando comedia. El interés romántico esta vez está más centrado en Jerry, que conoce a otra integrante de la fuerza, Hilda Jones (Marion Marshall), de quien se enamora al instante porque ella no usa maquillaje, algo a lo que él pobre recluta es alérgico. En general Lewis tendrá esta clase de relaciones con mujeres que toman siempre la iniciativa y son a la vez infantiles como él. El problema será que por una serie de circunstancias Melvin terminará en un concurso televisivo para elegir a la chica que mejor besa, lo que generará conflictos con Hilda.


Ya en Honolulu aparece otra figura repetida de los films de Martin y Lewis, Corinne Calvet, que en esta ocasión se interpreta a sí misma y debido a ello es parte del conflicto final de la película. Tendrá la posibilidad de besar a los dos protagonistas, pero al final de la historia entrará en conflicto con la novia abandonada de Al, Hetty Button. Button está interpretada por Betty Hutton, enorme estrella de Hollywood que hace un cameo al comienzo y al final de la película. Hutton trabajó en una de las versiones anteriores de este guión, ya que como pasa con varios títulos de la pareja protagónica, se trata de una remake. Otro rostro importante que hace una breve aparición es James Dean, antes de convertirse en leyenda, es uno de los colaboradores en el rincón del adversario de Melvin durante la escena del match de box. Y justamente, la pelea es otro gran momento. Toda la secuencia fue escrita por el propio Jerry Lewis, quien pidió un pago extra que fue enteramente donado para la lucha contra la distrofia muscular, una causa que el actor tuvo durante toda su vida. No es menor este dato artístico, porque poco a poco Lewis iría ocupando cada vez más espacio creativo en los films, generando un creciente conflicto con su amigo y compañero de trabajo.


Finalmente, tres menciones para el elenco. En roles pequeños aparecen Leif Erickson, que sería el inolvidable protagonista de la serie El gran Chaparral quince años más tarde, y Vince Edward, por siempre el protagonista de la serie Ben Casey.  Y finalmente el gran Robert Strauss, que acá es el superior de los protagonistas y que produce grandes momentos de comedia. Tan buena química tuvo con el dúo que aparecería nuevamente en la siguiente películas de ellos, hasta los secundarios fueron mejorando con la filmografía. Comparar At War with the Army (1950) con Sailor Beware (1952) para ver cómo iban creciendo Dean Martin y Jerry Lewis. Lo mejor estaba por venir.