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Soñar no cuesta nada

De: Luis César Amadori

Un abogado, el Dr. Roque Goñi (Francisco Álvarez) que no quiere tramitar el divorcio de un matrimonio amigo formado por Teresa (Maruja Gil Quesada) y Ricardo Arriaga (Norberto Airaldi). Él ha estado varios años en el extranjero y hace tiempo no ve a su hija. Ella sigue enamorada de él, y sufre en silencio. En el viaje, Ricardo ha conocido a una mujer adinerada, Nilda Krauss (Hilda Sour) con la que empieza a salir. A su vez, Teresa, al saber que él insiste en la separación de bienes (no existía el divorcio en Argentina en aquellos años) no quiere que él vea a su hija y la propia hija, Silvita (Silvia Legrand), tampoco quiere.

Entonces el Goñi arma un plan cuando conoce a una joven idéntica a la hija del matrimonio, ahijada de un conocido malandra que llega al estudio del abogado. Esta joven, interpretada por Mirtha Legrand, de nombre Mirtha y apodada trencita, tiene que ser llevada a un asilo, pero Goñi se las ingenia para que pase un día con su padre para ver si consigue así rearmar la familia. Pero Trencita, es una joven de clase baja criada por su padrino ladrón en un conventillo. Cuando la lleve con Ricardo y la gente de su clase social, los enredos se multiplicarán en otra clásica historia de suplantación de identidad tan común en el cine clásico argentino. Hasta eso hay que sumarle la presencia del joven y atorrante tío Raúl (Oscar Valicelli), que tendrá una inquietante atracción mutua con la que él no sabe que no es su sobrina. Trencita sí sabe que no tienen parentesco, pero hasta que él se entera la situación es bastante audaz y polémica.

Algunos planos en el Zoológico de Palermo son de un valor documental inesperado, como cualquier film de aquella época que muestre exteriores. Sin embargo, casi toda la película está filmada en estudios. Mirtha demuestra sus dotes de comediante, las hermanas aparecen juntas solo en los últimos minutos del film. El verdadero show de la película es ver al gran Francisco Álvarez como el abogado Goñi. Uno de los mejores y más graciosos actores del cine argentino de todos los tiempos. Una escena brillante actuada por él con el siguiente diálogo sirve para ilustrar la brillantez de aquellos años:

-Tenía una estancia con un socio. Yo puse el capital, él la experiencia.
– ¿Y qué pasó?
– Al cabo de un año él se quedó con el capital.
– ¿Y usted?
– Yo me quedé con la experiencia.