Peliculas

Todo es cierto

De: Kenneth Branagh

Kenneth Branagh irrumpió en el mundo del cine cuando en 1989 estrenó una versión de Enrique V de William Shakespeare protagonizada, escrita y dirigida por él. En aquel momento muchos hablaron de un nuevo Lawrence Olivier, el famoso actor teatral que supo inmortalizar en cine obras como Hamlet o Ricardo III. Otros eligieron compararlo con Orson Welles, un cineasta actor más moderno y jugado a la hora de adaptar Otelo o Macbeth. Pasado el impulso inicial Kenneth Branagh pudo demostrar que sus ambiciones eran grandes pero también diversas. Mezclaba géneros y tonos pero nunca, claro, abandonó la idea de seguir vinculado con William Shakespeare. Realizó muchas adaptaciones, incluyendo una ambiciosa adaptación de Hamlet (1996) de cuatro horas de duración, respetando el texto completo de la obra.

¿Qué le quedaba por hacer a Kenneth Branagh? Probablemente el último gran sueño era interpretar al mismísimo William Shakespeare, algo que hace finalmente en Todo es cierto (All Is True, 2018).  La película narra los últimos años de la vida del dramaturgo, empezando por el momento en el cual The Globe Theatre se prendió fuego en 1613. La obra que se representaba cuando ocurrió aquel siniestro era Enrique VIII, también conocida como Todo es cierto. Shakespeare, de cuarenta y nueve años, regresa entonces a su casa desde Londres a Stratford-upon-Avon para reunirse con su esposa, Anne Hathaway (Judi Dench). Shakespeare y Anne tienen una relación distante y ambos pertenecen a mundos distintos. Su matrimonio nunca se ha recuperado de la muerte de su hijo Hamnet, de once años. La relación de Shakespeare con sus hijas no es muy buena y volver a su pueblo lo enfrenta a todas las cuentas pendientes de su vida.

Branagh intenta desentrañar algunos de los misterios alrededor de la figura de su ídolo, y aunque debe enfrentarse a los peores traumas de su vida, la película igualmente tiene algunos momentos ligeros e incluso humorísticos. No importa cuál sea la historia, así es Kenneth Branagh. Al actor y director no solo lo acompaña Judi Dench, también aparece Ian McKellen, otro actor que como sus dos compañeros de elenco ha interpretado personajes de Shakespeare en teatro y cine. Una especie de selección de expertos para darse el lujo de jugar a la vida real de William Shakespeare. Hay un cuidado estético que sin ser asombroso, sí muestra el deseo del director de mostrar cómo debió haber sido la vida del autor.

Sin embargo, las más logradas son aquellas donde los actores tienen largos y elaborados diálogos, discursos que uno podría imaginar perfectamente en boca de William Shakespeare. Branagh conoce tan bien al personaje que logra darle una vida que nadie podría afirmar si es real, pero se ve como tal. Un homenaje lleno de pasión, como siempre en la obra del director y actor británico. Y algunos momentos de absoluto placer para los admiradores de ambos.