Cine Clasico

Un detective suelto en Hollywood

De: Martin Brest

Beverly Hills Cop se estrenó en Argentina con el título de Un detective suelto en Hollywood. Aunque no ha sido del todo olvidada, esa clase de traducciones era más común en aquellos años. El motivo era subrayar el carácter de comedia que la película poseía. Los títulos en inglés suelen ser más sobrios y para la versión local se optó por algo mucho más obvio. El temor se debía a que Beverly Hills Cop tenía un gran desafío: ser una película protagonizada por un actor negro que funcionara en taquilla. Una sola estrella en el afiche, un solo nombre para arrastrar al público y que ese actor fuera negro. En la distribución argentina se decía, en base a la experiencia pero también en base al racismo, que las películas protagonizadas por negros no funcionaban. ¿Podría ese comediante éxito en Estados Unidos cambiar para siempre la historia? La respuesta, hoy demasiado fácil de contestar, es que sí, pudo lograrlo sin problema. La carrera de Eddie Murphy despegó en todo el mundo al mismo tiempo, aun cuando fuera de Estados Unidos no se conocía tanto su carrera como stand up y cómico de televisión.

Axel Foley (Eddie Murphy), un policía de Detroit que no se maneja con el manual, recibe una visita inesperada de su antiguo amigo Mikey Tandino (James Russo). Tras haber cumplido una condena en la cárcel, Mikey había encontrado trabajo con el comerciante de arte Victor Maitland (Steven Berkoff) en Beverly Hills. Tandino no lo dice, pero a Foley le queda claro que su amigo ha vuelto a robar. Esa misma noche, Axel es golpeado y su amigo Mikey asesinado por dos matones que los esperaban en la entrada del departamento de Foley. Contrario a lo que le indican sus superiores, el policía de Detroit irá a Beverly Hills para investigar el caso y reencontrarse con Jenny (Lisa Eilbacher) una amiga de él y de Tandino que tal vez pueda ayudarlo. Ya en la ciudad, deberá enfrentarse a la policía local, que trabajar con el reglamento en la mano y no quiere que alguien de afuera traiga problemas.

La película es uno de esos proyectos de productor, en este caso Don Simpson y Jerry Bruckheimer, por los cuales pasaron varios actores y directores hasta que finalmente se realizó con el equipo que todos conocemos. Martin Brest demuestra, como lo haría luego con Midnight Run que tiene una gran habilidad para combinar acción y comedia. La película pertenece a ambos géneros, como demuestra la persecución inicial, tal vez la escena más espectacular de todas. En cuanto a Eddie Murphy queda claro que una estrella no es algo que se impone. Aunque el producto es sólido, él está realmente bien. Es gracioso, tiene presencia y puede llevar una película así de punta a punta. Los secundarios también funcionan muy bien. Judge Reinhold y John Ashton como los policías que deben controlar a Foley en Beverly Hills tiene verdadera química y Steven Berkoff y un todavía joven, pero muy presente en la década del ochenta, Jonathan Banks componen a dos villanos memorables.

Beverly Hills Cop es un producto típico del cine de los ochenta. Tiene más humor y ligereza que los films de la década anterior, pero aun así la violencia sigue estando presente, lo mismo que cierto gusto por la incorrección política que por suerte tenías los títulos de aquellos años. En cuanto a la conciencia de raza, Beverly Hills Cop tiene varios apuntes al respecto que funcionan bien dentro de la trama. Es saludable que no hayan sido tímidos en ese aspecto, porque se demostró que la taquilla no está reñida con esos detalles controversiales. Eddie Murphy y esta película produjeron un cambio cultural más importante de lo que muchos han registrado. Y sí, además hicieron una película muy divertida, bien escrita y bien actuada, con un puñado de canciones que funcionan muy bien dentro de la historia.