Peliculas

AL OTRO LADO

De: Fatih Akin

CRUCE DE CAMINOS

El cine siempre se ha preocupado por las historias de nómades, siendo éstos los que suelen movilizar las historias, generando con su movimiento un drama instantáneo producto del desplazamiento mismo. Así, desde un comienzo, ese género llamado road movie ha encontrado un espacio de interés en los espectadores. Desde clásicos como La diligencia (Stagecoach, 1939), del maestro John Ford hasta films como Alicia en la ciudades (Alice in den Städten, 1976), de Win Wenders, pasando por experiencias como Apocalypse Now (1979), de Francis Ford Coppola, o demás ejemplos variopintos, el movimiento (falso, se atrevería a decir el propio Wenders en uno de sus films) ha disparado el drama hacia delante. En los últimos años, el cine le ha agregado a esos caminos una mirada más coral, generando varias historias que, sumadas, retratarían el mundo contemporáneo. Películas como Antes de la lluvia (Pred dozhdot, 1994), de Milcho Manchevski, Babel (2006), de Alejandro González Iñarritu o Vidas cruzadas (Crash, 2005), de Paul Haggis, son ejemplos muy premiados de esta modalidad de cruces y movimientos, generalmente enfocados en la tensión social y política, las diferencias de razas y las fronteras. Como si fuera una ley no escrita, estos films arrasan con los premios a mejor guión y sin importar si se trata de obras maestras o películas convencionales ganan prestigio de forma casi automática. Al otro lado (The Edge of Heaven/Auf der anderen Seite, 2007) entra en esta categoría y, respondiendo a lo dicho, se llevó el premio al Mejor guión en el festival de Cannes. Su director es Faith Akin, actor, guionista y realizador alemán -aunque de familia turca- nacido en 1973, en Hamburgo. El mismo parece reconocer en sí mismo esa tensión que habita dentro de la propia Europa y que cada vez parece estar más al borde del colapso. En Al otro lado Akin planificaba que su película fuera una mezcla entre Missing (1982), dirigida por Costa-Gavras y Búsqueda frenética (Frantic, 1988), dirigida por Roman Polanski, lo que muestra un doble interés por lo político y por lo dramático bordeando el suspenso. En su film anterior, Contra la pared (Gegen die Wand, 2004) ya había demostrado que lo político y lo dramático podían convivir perfectamente, y que -como ocurre también aquí en Al otro lado– las pasiones humanas suelen producir cambios que superan por mucho a las ideologías. El amor fou (¿lo hay de otra clase?) que habitaba en Contra la pared, aparece aquí en distintas formas y se le suman con mucha emotividad los vínculos familiares. Incluso en su película Im Juli (2000) se planteaba también al amor como motivación para las acciones, aunque en ese caso con un tono amable y mucho más luminoso. Al otro lado, filmada de forma sobria y muy cuidada, elige dar pequeños golpes dramáticos para enfatizar cómo el azar nos cruza con personas que cambian nuestro destino brutalmente, para bien y para mal. Sin embargo, hacia el final de la historia la película arroja algo de luz al demostrar que, aun cuando el destino ya ha hecho de las suyas, es nuestra, de todos modos, la decisión de cómo reaccionar frente a esos giros que la vida nos plantea.