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Como se convirtieron en tiranos

De: David Ginsberg

Cómo se convirtieron en tiranos es una serie documental de seis episodios muy cortos que a través del humor describe los mecanismos que utilizaron diferentes tiranos para alcanzar su poder e instalar sus tiranías. Los elegidos para la temporada uno son Adolf Hitler, Saddam Hussein, Idi Amin, Joseph Stalin, Muammar Gaddafi y la dinastía Kim.

Al tener episodios de media hora, la serie pasa a toda velocidad sobre todos los personajes, la historia, las consecuencias. No es un error, sino que busca ir a un punto clave: mostrar las herramientas que cada uno eligió y como las aplicó. No pretende explicar más que eso. Es obvio que no existe nada que justifique lo que hicieron, así que va al hueso, sin ambigüedades ideológicas que muchas veces esconden complicidad.

En el camino pasan otros dictadores, como Mao Zedong, Pol Pot y Fidel Castro, por nombrar tres conocidos. Más le vale a la serie tener una segunda temporada, ya que estos personajes merecen su espacio y en algunos casos aun tienen defensores. Pero la serie es tan veloz que no se le puede reclamar esas cosas todavía. Su elección estética es clara y definida, nos guste o no.

El título original es Como convertirse en un tirano y no el usado en Argentina Como se convirtieron en tiranos, que traiciona el espíritu de la serie. El original sirve para narrar de forma humorística los mecanismos que permitieron el ascenso de estos tiranos como si de un manual para cualquier se tratara. Le dice al espectador, con ironía, como hacerlo. El título en Argentina produce una distancia, quita responsabilidad, anuncia un documental diferente al que es.

El humor, el uso de animación y el tono general no generará mucha alegría entre aquellos que aman el género documental, pero la forma en la que explica muchas cosas tiene un enorme valor. Los mecanismos que explica son usados en diferentes países y gobiernos, algunos incluso elegidos democráticamente. Por eso no habla de dictadores, sino de tiranos.

Es para tomar nota de cada cosa que describe. Algunas son conocidas pero aun así son aplicadas sin problemas, sin ir más lejos en Argentina, puntualmente con el populismo kirchnerista, movimiento que trabaja claramente como una tiranía. Crear enemigos en grupos puntuales, fomentar el resentimiento a través de la frustración, autodenominarse como alguien del pueblo aunque el gobernante no lo sea ni de cerca. Evitar que la gente sea realmente feliz, tenerlos siempre atados, fomentar una lealtad entre los miembros del partido, a cualquier precio, y una larga lista.

Lo más parecido a la Argentina es el capítulo donde se describe una cleptocracia. Robar a toda una nación, nacionalizar todo lo que se pueda, poner amigos en cada puesto clave antes de empezar a saquear, subir los impuestos y las retenciones. Así como lo vemos, así funciona una tiranía. Tener periodistas e intelectuales oficialistas que ayuden a encubrir, realizar una guerra contra la verdad, creando un relato alternativo y finalmente adoctrinar a la juventud, decidiendo que se enseña y que no se enseña. La serie acierta en decir que una tiranía puede surgir de cualquier parte y cualquier persona. Es una llamado de alerta más profundo que el aspecto general de la serie.