Cine Clasico

El asesino diabólico (1933)

De: A. Edward Sutherland

El asesino diabólico (Murders in the Zoo, Estados Unidos, 1933) es una película de terror Pre-Código dirigida por A. Edward Sutherland para Paramount Pictures. En 1933 el Código Hays, una forma de censura impuesta por la propia industria a partir de ciertas reglas, no estaba en funcionamiento y por ese motivo a las películas sonoras previas a 1934 se las conoce con el nombre de Pre-código. Se trata de largometrajes donde el sexo y la violencia se muestra de una manera más explícita de lo que ocurriría en las décadas posteriores. Bajo el concepto Pre-Código está implícito que se trata de largometrajes con menos control y más libertad para exponer ciertos temas. Aún así no significa que se podía hacer cualquier cosa. Cómo siempre en todo cine industrial, las libertades chocan contra la realidad de los estudios.

Alcanza la escena inicial para darnos cuenta de que estamos en ese período mencionado y que, más allá de todo, El asesino diabólico, es una película especial. Aunque en la década del 30 era Universal el estudio dueño del cine de terror, este largometraje de Paramount demuestra de que hay películas valiosas en las demás productoras. Eric Gorman (Lionel Atwill en su versión más siniestra) es un cazador de caza mayor y zoólogo millonario. La película comienza en una selva en la India con Gorman usando aguja e hilo para coser la boca de un colega después de haber descubierto que había besado a su esposa. Al comienzo sólo lo vemos de espalda realizando una acción, luego veremos al hombre atado con su boca cosida, a merced de las bestias salvajes. Gorman se encuentra luego con su esposa y le cuenta que aquel hombre se marchó, al preguntarle ella si había dicho algo antes de irse la respuesta del marido es un irónico y lacónico: “No dijo nada”. El sentido del humor macabro en su máxima expresión. Imposible dejar la película luego de ese comienzo.

Pero Evelyn Gorman (Kathleen Burke) no tenía un solo pretendiente y al volver a Estados Unidos el marido celoso descubrirá que hay más obstáculos en su camino a la tranquilidad. Pero ahora, en un zoológico, el crimen no puede ser tan abierto. Por suerte Gorman trajo consigo a la más feroz y letal de las serpientes venenosas, una mamba. El resto se puede imaginar. Claro que no están solos. El zoológico tiene problemas financieros y ha contratado a un publicista para que reavive el interés en el lugar: Peter Yates (Charlie Ruggles). Este personaje pintoresco y cómico, es el alivio humorístico que salva a la película de ser demasiado perturbadora y a la vez es lo que le impide ser una obra maestra. Un humor que choca e interrumpe, no sólo alivia. En el zoológico el Dr. Jack Woodford (Randolph Scott) investiga junto a su colaboradora Jerry Evans (Gail Patrick) un antídoto a partir de la serpiente traída por Gorman. El destino de todos se mezclará en una intriga criminal que no escatimará en momentos de alto impacto.

Este largometraje espeluznante tiene varias secuencias que mejor no anticipar, con la esperanza de que quien la vea logre sorprenderse por lo macabro de la trama. Lo que sí hay que destacar es que el estudio permitió registrar una pelea entre diecisiete grandes felinos, en lo que claramente no es algo ni trucado ni controlado. No hay muchas películas que tengan algo así rodado en estudios. Las consecuencias fueron las que cualquier puede deducir. La película fue censurada en varios países y en Estados Unidos tuvo que aceptar cortes. Finalmente su duración terminó siendo de sesenta y dos minutos. Una película corta con un puñado de escenas inolvidables. Una pequeña rareza lista para se redescubierta por espectadores de todo el mundo.