Peliculas

El teléfono del señor Harrigan

De: John Lee Hancock

El teléfono del señor Harrigan es una adaptación de Stephen King. Tan representativa es del universo del escritor que si el espectador no tuviera esa información, igual lo adivinaría en las primeras escenas. Craig es un niño que ha perdido a su madre y es criado por su padre, recibe un día la invitación del millonario del pueblo para que le lea clásicos de la literatura. Durante años, entre ambos se forja una amistad que alcanza su punto más alto en la adolescencia del joven Craig (interpretado ahora por Jaeden Martell). El millonario señor Harrigan (Donald Sutherland, brillante) le enseña, a través de los libros, todo lo que se debe saber sobre la vida. Un día Craig le consulta al señor Harrigan por el tormento que sufre a causa del bullying al que es sometido por otro estudiante, más grande y más violento. Harrigan, que guarda algo oscuro en su pasado, le dice que en la vida esas cosas se solucionan de forma contundente, sin dudar.

Desde lo más obvio a lo más sutil, la película es un Stephen King en estado puro. En primer lugar la historia transcurre en Maine, lugar habitual de los libros del escritor. En segundo lugar, lo cotidiano y lo siniestro se dan la mano para crear un clima donde los elementos fantásticos logran meterse en un contexto realista, algo propio de la maestría del escritor y que el guion de esta película recrea de forma magnífica. Cómo lograr insertar lo siniestro en la normalidad es el gran mérito de esta película.

El teléfono al que se refiere el título tiene que ver con que Craig obtiene un smartphone, algo nuevo en la época en la que transcurre la película. Dicho aparato lo hace ascender en su estatus social escolar y Craig decide comprarle otro teléfono al señor Harrigan para comunicarse con él. Como el título de la película indica, ese será el elemento clave para las escenas más importantes de la película

El teléfono del señor Harrigan no pertenece al cine de terror en lo que refiere a la sangre, el miedo, o las escenas típicas del género. Pero es un relato con elementos fantásticos que de todas maneras lo emparentan con este. El horror no siempre son monstruos literales y las maldiciones no se presentan de forma explícita. El teléfono del Sr. Harrigan posee una mirada desencantada y resignada frente a los avances tecnológicos a las vez que sabe utilizarlos para la trama. Stephen King disfruta de las posibilidades que le dan los avances de la sociedad, pero a la vez observa los problemas que estos traen. La película arma una mirada más compleja que la bajada de línea. Como en algún momento fueron las lámparas mágicas, las garras de mono o incluso el Golem, en esta ficción los teléfonos son capaces de movilizar los deseos más oscuros del ser humano. Esta trama melancólica está exactamente a mitad de camino entre los relatos fantásticos de King y sus historias más realistas.

Se nota que es la adaptación de un cuento porque el conflicto es muy concreto y acotado. Es gracias a la maestría del director y guionista John Lee Hancock, el mismo autor de Un mundo perfecto y Medianoche en el jardín del bien y del mal, que todo fluye de manera sobria y emocionante. Donald Sutherland realiza una actuación inolvidable y el joven Martell cumple en su perfecto rol de víctima y victimario. Una pequeña joya que debería ya estar ocupando un lugar de privilegio dentro del canon cinematográfico de Stephen King.