Peliculas

Halloween: La noche final

De: David Gordon Green

Trece películas de Halloween son más que suficientes. Digamos que sobran doce. Nos hemos adaptado poco a poco a la proliferación de secuelas, precuelas y remakes, por lo que aceptamos la mediocridad de la mayoría y festejamos las aceptables como si se tratara de algo tan importante como el original. Noche de brujas (Halloween, 1978) de John Carpenter es un excelente film de terror y un antes y un después dentro del género. Ninguna secuela, por lograda que haya sido, se le acerca ni un poco al film original.

David Gordon Green se hizo cargo de la saga en el año 2018, dirigiendo una trilogía que termina ahora con Halloween: La noche final (Halloween Ends, 2022). El esfuerzo por dotar de identidad a los personajes y la historia es enorme y hay aciertos parciales pero nunca totales. En este enfrentamiento final que anuncia el título está el mayor interés de una película despareja, que pasa de momentos aburridos y sin gracia a una pequeña ola de crímenes en continuado con bastante efectividad.

Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) ya no sabe qué actitud tomar con Michael Myers y se dedica a convertir toda su memoria en un libro que cuenta la historia. Pero el pueblo donde ella vive con su nieta ha ido enloqueciendo y la consideran responsable de la maldad que atraviesa las calles y que parece incluso ha llevado a otros a realizar actos monstruosos. La trilogía final tiene las características de las secuelas actuales. Parece remake, reboot, homenaje y análisis del film original. La autoconciencia que posee este tercer film es notable. Recordemos que estos films derivan directamente del primero e ignoran todos los demás.

La película parece ser un desarrollo teórico acerca de la naturaleza del mal y de cómo este puede envenenar a una comunidad como la de Haddonfield, Illinois. Cada momento parece estar pensando en ese aspecto, aunque encuentra contradicciones e incoherencias por todos lados. Juega con la idea de que el victimario ha sido primero víctima, pero lo hace sólo para terminar poniendo las cosas en orden, aún cuándo haya planteado ese tema de forma muy clara. “La forma”, como se lo menciona en los títulos al personaje de Michael Myers parece ser más metafórica que literal y su presencia es aquí más el símbolo de la locura que el asesino temible que todos conocimos. Nuevamente, se trata de un ensayo final sobre Halloween y como tal es incompleto y no tiene sentido alguno para los que no conocen los cuatro films de los que deriva.

Las escenas finales son una ridiculez total que insiste en el homenaje a la serie. Es fuerte verlas y se entiende cuál es su significado, incluso parece una gran ceremonia para los amamos el género. Pero en términos estrictamente cinematográficos y a pesar de sus logros parciales, el mejor homenaje que se le podría haber hecho al film de John Carpenter es no haber filmado ni una sola secuela. La música original sigue produciendo más miedo que todas ellas juntas y, desde ya, agradecemos que estos films le permitan a Carpenter tener un pasar económico estable dentro del mundo del cine actual que hace años les ha dado la espalda a sus nuevos proyectos.