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La venganza de las Juanas

De: Pepe Castro, Rodrigo Ugalde De Haene

Poco a poco Netflix parece ir reemplazando a la televisión tradicional, no solo por los hábitos de consumo, sino por la clase de productos que ofrece. La venganza de las Juanas es una adaptación mexicana de la telenovela colombiana de la década del noventa. Aquellos eran 110 episodios y otra versión de 82 episodios se hizo para la televisión mexicana en el año 2018. Es difícil que alguien hoy decida ver de cero ambas telenovelas y no es una mala idea tomar la historia y convertirla en una miniserie con chances de seguir más allá de los dieciocho episodios de esta versión estrenada en Netflix.

La venganza de las Juanas es un drama que cuenta la historia de cinco mujeres con el mismo nombre. Hasta ahí, ninguna novedad, pero comparten dos cosas mucho menos comunes. Todas tienen en su cola una marca de nacimiento en forma de pez y todas, pronto lo descubren, no saben quien es su padre. Peor aún, tal vez todas tengan un mismo progenitor.  Y ese padre podría ser Simón Marroquín (Carlos Ponce) un político en ascenso a punto de recibir un importante cargo en el gobierno. La historia de las cinco mujeres y su entorno chocará entonces contra los intereses políticos y económicos en un enfrentamiento que es parte del núcleo central de la serie.

Las cinco protagonistas son muy diferentes entre sí. Una de ellas es bailarina de striptease, Juana Manuela (Zuria Vega), otra es una joven e inocente cantante colombiana, Juana Matilde (Juanita Arias). También hay una vidente, Juana Bautista (Sofía Engberg). No podía faltar una monja, Juana Caridad (Oka Giner) y finalmente una periodista, Juana Valentina (Renata Notni). Cinco jóvenes mujeres que deberán recorrer el camino de la propia identidad, resolver sus conflictos personales y generar una alianza entre ellas, porque después de todo son hermanas.

Como se puede ver, hay muchos personajes en la historia. Parecen pocos episodios dieciocho episodios para contar esto, pero en realidad le alcanza a la serie con la mitad para hacer una temporada. Con un poco de astucia podrían haber dividido la serie en dos, ya que un quiebre en la trama hace que sean dos bloques muy bien diferenciados. Muchos personajes secundarios, conflictos policiales, tramas siniestras y una escena de sexo por episodio van marcando el ritmo de la serie. Como son cinco las Juanas, la escena de sexo tiene una protagonista diferente, pero están todas filmadas de la misma manera y con la sensación de que debe ser una por capítulo, funcione en la narración o no.

Los temas de la serie también se multiplican. Hay muchos feminismo para estas cinco mujeres y las progenitoras de ellas, hay hombres que están con ellas y enemigos mortales. Hay diversidad sexual, a veces un poco falsa, otras veces sorprendentemente creíble. La agenda está completa, no le falta nada. Hay trata de personas, lo que en México es un tema particularmente complejo y tal vez sea importante recordar que esta serie se hizo en ese país. La fraternidad femenina también es un tópico central en la trama y hay mil vueltas de tuerca para que incluso la amenaza directa y abierta del incesto llegue a resolverse sin asumir posturas polémicas.

Hay algunos personajes malos, por lo mal escritos, y actuados de manera difícil de tolerar, incluyendo a algunas de las protagonistas. Situaciones excesivamente ridículas que causan gracia. El personaje del hacker español es un delirio total, no hay nada que funcione en ese personaje, por dar un ejemplo de varios. De esos tropezones violentos y situaciones imposibles también está hecha esta serie. Allí es donde aparece el problema de hacer una telenovela metida en el formato de serie. La lógica de un género no es igual a la del otro.

Tal vez existan en el futuro, ejemplos más logrados que este. Porque sí hay algo indiscutible: resumir más de cien episodios en dieciocho genera una velocidad para resolver situaciones que es muy graciosa. Para quien no tenga tiempo de reírse con una telenovela, puede encontrar ese material acá. Pero para ser sinceros, La venganza de las Juanas, cuyo éxito temo promete continuidad, tampoco justifica esa cantidad de tiempo.