Peliculas

Sisu

De: Jalmari Helander

En la década del ochenta cada vez que se estrenaba una película mediocre con algo de suspenso los críticos más perezosos decían “Un film que le hubiera gustado a Alfred Hitchcock”. Claro, habiendo muerto en 1980, el director de Psicosis no podía contestarles. Es importante recordar que cuando se usaba ese ridículo lugar común, no habían pasado ni veinte años desde el último largometraje dirigido por Hitchcock. Su presencia era indiscutible y absoluta. El concepto suspenso estaba asociado a él por completo. El tiempo ha pasado y cuando se estrenan largometrajes como Sisu la tentación de la salida fácil es decir que se trata de una película “que le gustaría a Quentin Tarantino”. La diferencia es que tal vez alguien puede chequearlo con el director de Bastardos sin gloria.

Sisu es una película finlandesa que transcurre al final de la Segunda Guerra Mundial. Un temible veterano de la Guerra de Invierno, Aatami Korpi, vive solo en las inhóspitas tierras de Laponia, buscando oro. Cuando su esfuerzo da un resultado espectacular, toma todo lo que junta y parte rumbo a la ciudad más cercana. Pero en el camino se cruza con un pelotón nazi de treinta hombres liderados por el capitán de las SS, Bruno Helldorf, y su subordinado, Wolf, que viene destruyendo pueblos y tomando rehenes. Sabiendo que la guerra termina, al enterarse del oro que posee Aatami, decide matarlo y quedarse con el botín. Pero sus superiores les advierten que ese podría ser su último error, porque al veterano finlandés se lo conoce como “El inmortal”.

Sisu transcurre en paisajes abiertos y apenas tiene algún momento bajo techo. En el medio de la nada, en un terrible ámbito salvaje, se desata una batalla sin cuartel entre Aatami y los nazis. La película anuncia, apenas comenzada, que tiene una estética del cine europeo de la década del setenta, lejano a la verosimilitud, con más humor que drama, y con una enorme amor por la carnicería cinematográfica. Estéticamente es muy prolija y técnicamente es impecable, pero su tono es juguetón y nunca demasiado comprometido con lo que cuenta. Es ideal para ver volar nazis por el aire, sufriendo, sangrando y teniendo muertes aparatosas y llenas de sangre.

El director y guionista Jalmari Helander declaró que sabía que lo iban a comparar con Tarantino mientras montaba la película, pero que ya no podía hacer nada para evitarlo. Es verdad que hay mucha pereza a la hora de analizar películas, pero sí él se dio cuenta es porque el parecido es notable. Se podría argumentar en su favor que ambos toman todo del mismo tipo de cine. Del western, el cine bélico y el sentido del humor transgresor y anticlásico de lo que se hizo en Europa durante la década del sesenta y el setenta. Pero Helander también toma la tipografía de los títulos y se lleva planos sacados de otras películas. A diferencia de Tarantino no quiere perder tiempo en construir grandes momentos y va mucho más rápido. Una vez que apostó fuerte en el primer tercio de historia, se lanza al ridículo confiando en que será fácil seguirlo. La verdad es que no lo es. La prolijidad técnica choca de frente con la ridiculez y no hacen buena pareja. Hace poco se estrenó en Netflix una película alemana llamada Sangre y oro que tenía lo que indica el título y también nazis. Era una película que también jugaba con el exceso y la sangre, aunque era menos sorprendente que Sisu. Películas para gritar en una función de trasnoche pero finalmente algo limitadas a la hora de evaluarlas de forma un poco más exigente.